Grito de Yara, el pueblo olvidado: más de dos semanas sin agua ni electricidad tras el paso del huracán Melissa
Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 12 de noviembre de 2025
En el pequeño poblado de Grito de Yara, municipio Río Cauto, en la provincia de Granma, el tiempo parece haberse detenido —no con la nostalgia de los documentales, sino en la desesperación del abandono. Más de dos semanas después del paso del huracán Melissa, cientos de familias siguen sin electricidad, sin agua potable y sin ayuda estatal, según denuncias compartidas en redes sociales.
El opositor José Díaz Silva, líder del Movimiento Opositores por una Nueva República (MONR), publicó imágenes y testimonios estremecedores que muestran la realidad del lugar.
“Hay familias que literalmente no tienen cómo cocinar ni cómo alumbrarse. Para cargar los teléfonos tienen que ir al policlínico del pueblo, y ahí aprovechan unos minutos de luz artificial para alumbrarse, como si fuese un lujo”, escribió Díaz Silva en Facebook.
Según su denuncia, las bodegas apenas entregaron una libra de arroz por persona, mientras los vecinos enfrentan días enteros sin corriente, sin agua y sin alimentos suficientes.
Una madre del poblado relató su drama personal:“Tengo a mi niño enfermo y no tengo medicamentos. En el policlínico tampoco hay nada”.
El cuadro de precariedad llega a niveles inhumanos. Díaz Silva aseguró que recientemente un hombre falleció en la madrugada y su cuerpo permaneció expuesto durante horas porque “no había carro para retirarlo”.
Además, denunció que muchas familias ya no tienen leña ni carbón para cocinar, y sobreviven con lo poco que consiguen intercambiar entre vecinos. Pidió ayuda urgente con agua potable, alimentos y medicinas, advirtiendo que la crisis “ya sobrepasó los límites”.
Pero los pobladores aseguran que el desastre no fue causado solo por el huracán. Según varios testimonios, la apertura de las compuertas de la presa Cauto el Paso provocó una inundación masiva que arrasó casas, cosechas y pertenencias, dejando una destrucción total en la zona rural.
“Hoy, Grito de Yara clama por auxilio”, resumió el líder opositor.
Las imágenes compartidas por los vecinos son desoladoras: calles cubiertas de lodo, casas derrumbadas, familias con cubos vacíos bajo el sol, niños descalzos en medio de las ruinas.
Irónicamente, esta denuncia coincide con la visita de Miguel Díaz-Canel a áreas afectadas en Río Cauto, donde volvió a pronunciar la ya repetida frase: “Nadie quedará desamparado”. Sin embargo, los testimonios desde el terreno muestran otra realidad: pueblos enteros sin agua, sin luz y sin atención médica, mientras las ayudas se concentran en las cabeceras municipales.
La esposa del preso político Alexander Verdecia Rodríguez compartió también imágenes de su vivienda en Granma: cubierta de lodo hasta las ventanas, con todo destruido. Ella y sus hijas sobreviven bajo una carpa improvisada.
Como Grito de Yara, miles de personas en el oriente cubano siguen rodeadas de barro, pestes y ruinas, esperando una ayuda que no llega. Las promesas del régimen se repiten, pero la realidad en Granma sigue siendo la misma: desesperanza, abandono y un pueblo pidiendo auxilio al país entero.