United Airlines ha confirmado que suspenderá el único vuelo directo que mantenía entre Estados Unidos y Cuba fuera del estado de Florida. A partir del 2 de septiembre de 2025, dejará de operar la ruta entre el Aeropuerto Intercontinental "George Bush" en Houston y el Aeropuerto Internacional "José Martí", en La Habana.

Esta conexión, mantenida con aviones Boeing 737-800, representaba una vía directa fundamental para miles de cubanoamericanos residentes en Texas y otros estados del sur y el oeste del país.

Según informó la propia aerolínea, la decisión responde a una combinación de factores. Entre ellos, destaca una caída pronunciada en la demanda fuera de las temporadas altas, lo que ha hecho económicamente inviable mantener un vuelo diario.

Además, se señala un entorno regulatorio cada vez más hostil en las relaciones entre Washington y La Habana, especialmente tras el retorno de restricciones de viaje bajo la administración de Donald Trump.

"La cancelación de esta ruta no solo es una pérdida logística, sino también simbólica, pues era la única puerta aérea a Cuba desde fuera de Florida, donde se concentra la mayoría de los vuelos hacia la Isla", indicó un especialista en aviación del hemisferio. Aunque United solicitó al Departamento de Transporte (DOT) conservar los derechos operativos con la esperanza de reanudar el servicio en verano de 2026, no hay certeza de que esto ocurra.

Actualmente, el mercado aéreo entre ambos países está dominado por American Airlines, que controla el 68,4% de los vuelos, seguida por Southwest y Delta. United, con solo un 7%, queda ahora reducida a un vuelo chárter semanal entre Jacksonville y la Bahía de Guantánamo, reservado para operaciones gubernamentales.

"Esta suspensión marca otro retroceso en los frágiles lazos bilaterales iniciados en 2016, durante el intento de deshielo impulsado por Obama. El clima político actual no augura una reversión inmediata de esta tendencia."

Las restricciones impuestas por EE. UU. limitan los viajes a Cuba a solo 12 categorías, excluyendo el turismo general, lo que restringe significativamente el potencial de expansión aérea. Con esta cancelación, el mapa aéreo Cuba–EE.UU. se achica aún más.

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