Un bebé entre la basura: la crudeza de vivir en Los Pocitos (contiene video)
Redacción de CubitaNOW ~ martes 6 de mayo de 2025

Jessica lanza un grito desesperado desde uno de los tantos rincones olvidados de La Habana: Los Pocitos, en el municipio Cerro. Su testimonio no es solo una denuncia, es una alerta humanitaria. Allí, en medio de montañas de basura, calles convertidas en cloacas, y semanas enteras sin agua potable, malviven decenas de personas, incluidos niños pequeños y, como ella misma reveló, incluso un bebé de apenas dos meses que apareció en medio del abandono.
Jessica camina entre escombros y contenedores desbordados. Su cámara no necesita dramatizar: la imagen es por sí sola una condena.
Niños descalzos juegan entre residuos, ancianos vencidos por el calor y el hedor se sientan en portales rotos a esperar un alivio que nunca llega. En ese ambiente inhumano, un recién nacido de dos meses aparece como símbolo doloroso de lo que significa vivir —o intentar sobrevivir— en un barrio cubano olvidado por completo por las instituciones.
La falta de agua potable es una de las principales tragedias cotidianas.
Los grifos permanecen secos durante días, semanas, hasta meses. “¿Cómo se baña a un niño, cómo se limpia una casa, cómo se cocina?”, pregunta Jessica. Las respuestas son tan escasas como el agua.
Muchos vecinos deben pagar precios abusivos a piperos o cargar cubos durante horas desde fuentes lejanas y también insalubres.
Para el comunicador Armando Caos, quien compartió el testimonio en su canal, la situación de Los Pocitos representa lo que llama “el verdadero rostro de Cuba”. No es el Malecón limpio para turistas, ni las postales de autos antiguos y mojitos. Es el país real, sucio, empobrecido y desatendido, donde la propaganda estatal no alcanza ni para cubrir una fuga de agua, mucho menos para salvar la dignidad de sus ciudadanos.
“El gobierno cubano no mira hacia estos lugares porque está demasiado ocupado mirándose el ombligo”, mientras tanto, barrios como Los Pocitos se convierten en zonas de emergencia silenciosa, donde la vida humana, incluso la de un bebé recién nacido, parece no tener valor alguno.