Fiesta de privilegios en el ICAP; el pueblo paga la cuenta
Redacción de CubitaNOW ~ domingo 28 de diciembre de 2025
El Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (ICAP) volvió a ser escenario de una celebración que pone en evidencia la doble moral del régimen castrista. Un centenar de extranjeros, vinculados a organizaciones de apoyo al castrismo, se dieron cita para festejar el 67 aniversario de la llamada “Revolución”, mientras millones de cubanos enfrentan hambre, apagones, miseria y falta de acceso a servicios básicos.

Encabezada por Fernando González Llort, actual presidente del ICAP y conocido por su historial como espía del régimen, la actividad pretendió proyectar una imagen de éxito y unidad ideológica. González Llort afirmó que la "Robo-ilusión" sigue “adelante victoriosa”, reconociendo, al mismo tiempo, que el pueblo sufre adversidades y carencias. La declaración es, sin lugar a dudas, un ejemplo del cinismo que caracteriza al régimen: se habla de “victoria” mientras la realidad es un país sumido en la escasez más profunda.
Mientras dentro del ICAP se brindaba, se intercambiaban consignas y se mostraba un aparente lujo, fuera de sus muros la población sobrevive sin alimentos, sin transporte decente y sin acceso a medicinas. Es irónico, pero los invitados de estas celebraciones pueden viajar en ómnibus de primera clase, recibir comida abundante y lucir ropa de calidad, privilegios que la mayoría de los cubanos no conoce. La diferencia entre quienes celebran y quienes sufren evidencia cómo un sistema que se proclama igualitario mantiene beneficios exclusivos para la cúpula y sus aliados.

Es una burla que se hable de “victoria” mientras familias enteras hacen malabares para conseguir arroz, leche o pan. Es una afrenta que se alabe la supuesta resistencia de la Revolución cuando los ciudadanos deben enfrentar apagones diarios y calles sin transporte. Es una contradicción que el ICAP exporte ideología comunista al mundo mientras dentro del país la gente carece de lo más elemental.
Actividades como esta no son simples celebraciones: son demostraciones de poder, propaganda y desprecio por la población. Cada brindis, cada discurso y cada aplauso de los invitados cómplices contrasta con la miseria cotidiana, convirtiéndose en un símbolo de lo que muchos llaman Robo-ilusión: un sistema que promete bienestar para todos pero que solo privilegia a unos pocos. Mientras tanto, Cuba continúa padeciendo hambre, carencias y represión.
Del perfil de La Tijera