Fernando Almeyda cuenta la historia de su amigo Nadir, un joven que lo ayudó cuando era perseguido en Cuba

Redacción de CubitaNOW ~ viernes 25 de noviembre de 2022

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El jurista y activista cubano Fernando Almeyda escribió un emotivo post en sus redes sociales sobre su amigo Nadir, un joven que lo ayudó a enfrentar a los represores en la isla.

Para Almeyda, uno de los fundadores de la plataforma Archipiélago y promotores de la Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre de 2021 (15N), Nadir Samá Limonta, un muchacho de apenas 19 años, es uno de los héroes anónimos que le salvó la vida cuando era perseguido en Cuba.

"Es un chamaco de barrio "caliente", un pura sangre de la supervivencia en zona marginal.

Creció en las inmediaciones del Barrio "La Timba"; excomulgado de la sociedad desde niño, por negro, por pobre y por proceder de un barrio marginal. Nos hicimos amigos al inicio de la Pandemia en Cuba, de hecho, nos hicimos familia. El padre de Nadir nunca se ocupó de él, y para mayor de los males lo único que tenía en su vida era a su madre, una mujer impedida física y sicklemica", explicó.

Fernando rememoró sus encuentros y debates con Nadir y el resto de los jóvenes del barrio, quienes llegaron a tener juntos una publicación.

"Cuando llegó la Huelga de San Isidro y la represión, llegó el 27 de noviembre de 2020. A partir de ese momento, la juventud se convertió en el enemigo #1 del régimen, y yo tuve que dedicarme en jornada completa a la lucha cívica. Mi presencia entre estos jóvenes incluyendo a Nadir los pondría en grave peligro".


"Cuando recibí mi primera citación el 2 de mayo de 2021, fue la fecha de despedida de muchos amigos. Pero no de Nadir. No. Esa fiera quería quemarse completo... La Seguridad del Estado nunca pudo entender como yo era capaz de esquivarlos tan fácilmente. Pues eso fue gracias a Nadir. Él era mis ojos, mi mensajero, mi espía, su casa era mi cuartel", rememora.

"Nunca me faltó un plato de comida en esa casa y más de una vez tuve que hacerles jurar que no se meterían en problemas por mi. Si venían a por mi ahí, que abjuraran", conto.

Desde entonces la policía política vigiló a Nadir y lo citó en varias ocasiones para interrogarlo.

Su madre falleció y Fernando ni siquiera pudo despedirse de ella en medio de la ola represiva contra él y contra el joven.

"Nadir fue una de las pocas personas de quién pude despedirme el mismo día en que huía de mi patria. Me prometió que se cuidaría, pero no me prometió que se quedaría muy tranquilo. La represión le había metido el diablo en el cuerpo, y a cada rato se hacía sentir desde su casa, a todo volumen "Los Aldeanos" o "Patria y Vida". Los interrogatorios siguieron, y la policía se empezó a hacer asidua en tocar a su puerta por cualquier cosa". "Nadir estaba claro: siendo negro, pobre, marginado, gusano, huérfano, y con la paciencia al límite, poco le faltaba para que lo trancaran o que terminar por entrarse a puñetazos con la policía. Cuba no le ofrecía más que una oscura celda o la condena de vivir para supervivirir hasta morir. No, él no se iba a morir como vivió. Vendió la casa de su madre, compró pasaje a Nicaragua y emprendió el viaje sin retorno con tan solo 4000 dólares en el bolsillo", contó Fernando.

El joven llegó a Estados Unidos el pasado 15 de noviembre.


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