El trágico accidente que ocurrió en el reparto El Caney, en Santiago de Cuba, ha dejado a la comunidad sumida en el dolor y la indignación. Dos hermanos, Diosleidys y Diosdelkis Cervantes, perdieron la vida después de ser impactados por un automóvil de la Sede Provincial de la Fiscalía General de la República.

El incidente, reportado por Yosmany Mayeta en su perfil de Facebook, detalla que los hermanos viajaban en su carro de caballos cuando el auto de la Fiscalía intentó adelantarlos, colisionando con ellos y causando un devastador accidente.

El impacto dejó el carro de caballos en ruinas y el automóvil completamente desbaratado y volcado. Diosleidys Cervantes falleció casi instantáneamente y su sepultura se realizó hace unas horas, según informaron fuentes locales. Más tarde, Diosdelkis Cervantes también sucumbió a las heridas provocadas por el accidente, aumentando la magnitud de la tragedia.

Las circunstancias que rodean el accidente han generado un profundo malestar en la comunidad. Se ha mencionado que el joven chofer que conducía el automóvil de la Fiscalía estaba presumiblemente ebrio en el momento del accidente.

A pesar de que el carro quedó completamente destruido, el conductor sufrió solo lesiones leves. La comunidad de El Caney está de luto, lamentando la pérdida de estos dos jóvenes que, debido a la imprudencia de una persona en estado de ebriedad, han dejado un vacío irreparable en sus familias, especialmente para sus hijos, quienes crecerán sin la presencia paterna.

La pérdida de Diosleidys y Diosdelkis Cervantes no solo ha impactado a sus familias, sino también a toda la comunidad de El Caney. Los hermanos eran conocidos y queridos en su barrio y su trágica muerte ha dejado una profunda herida en el corazón de todos los que los conocían. La comunidad ha expresado su dolor y frustración a través de redes sociales y en reuniones comunitarias, exigiendo justicia y una respuesta adecuada por parte de las autoridades.

En situaciones como esta, es esencial que las autoridades pertinentes tomen cartas en el asunto de manera inmediata y transparente. La presunta ebriedad del conductor de la Fiscalía y las circunstancias que llevaron al accidente deben ser investigadas a fondo y si se confirma que el chofer estaba ebrio, debe enfrentar las consecuencias legales correspondientes. Es fundamental que se haga justicia para las familias de Diosleidys y Diosdelkis Cervantes y que se implemente un proceso judicial que brinde respuestas claras y acciones concretas para evitar que tragedias similares ocurran en el futuro.

El dolor y la pérdida que siente la comunidad de El Caney son indescriptibles. Los actos imprudentes al volante, especialmente cuando están involucrados funcionarios públicos, deben ser tratados con la máxima seriedad. La seguridad vial es una responsabilidad compartida y cualquier violación de las leyes de tránsito debe ser sancionada para proteger la vida de todos los ciudadanos.

El trágico suceso en El Caney es un recordatorio doloroso de las consecuencias devastadoras de la imprudencia y la irresponsabilidad al volante. Las vidas de Diosleidys y Diosdelkis Cervantes no pueden ser devueltas, pero la comunidad y las autoridades tienen el deber de honrar su memoria buscando justicia y trabajando para garantizar que no se repitan tragedias similares.

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