El dramaturgo, poeta y narrador cubano Salvador Lemis Pérez Franco falleció este martes en México, según informó la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana (UV), donde ejerció como profesor durante varios años.

La muerte de Lemis, a los 63 años, generó una oleada de remembranzas entre colegas y creadores cubanos, quienes lo evocan como parte de aquella generación que en los años 80, “a golpe de talento y desafíos”, llegó a “estremecer a la cultura cubana”.

El dramaturgo Norge Espinosa reaccionó a la noticia desde Facebook, donde escribió: “En aquel ISA de los años 80, Salvador Lemis supo hacerse su propio mito. Le sobraba encanto para ello, y capacidad para escribir textos e historias que llegaron en el momento preciso”.

Nacido en Holguín en 1962, Lemis fue reconocido como Mejor Graduado en Investigaciones del Instituto Superior de Arte (ISA) en 1985, año en que se incorporó al claustro de esa institución como catedrático de Dramaturgia, labor que desempeñó hasta 1991.

Entre sus reconocimientos destaca el Premio al Mejor Texto Teatral “Galápago”, en el I Encuentro Nacional de Dramaturgia de Camagüey. La obra fue representada por decenas de grupos teatrales y, según Espinosa, devolvió frescura a la dramaturgia para niños y jóvenes de la época. “Se publicó en Tablas y apareció en una de sus portadas… recordar esos textos es buscarlo en muchos otros abrazos y proyectos, negado a envejecer, tratando de mantenerse siempre despierto en sus propios sueños”, apuntó el crítico.

Tras su paso por el ISA, Lemis continuó su trayectoria docente en México: fue profesor de actuación, dirección escénica y dramaturgia en la Facultad de Teatro de la UV (1996-2001) y docente en la Escuela Superior de Artes de Yucatán (2008-2011). También dirigió el área de Teatro de Bellas Artes en Yucatán (2006-2008) y el Centro de Investigaciones Escénicas de Yucatán (2008-2012).

Además, fundó el Centro Cultural Ixchel en Cozumel, donde desarrolló una prolífica obra dramatúrgica y poética que le valió numerosos premios. El titiritero Rubén Darío Salazar escribió en Facebook: “Llevaba meses, tal vez más tiempo, muy enfermo… Tenía el espíritu de Peter Pan encarnado, un elfo en el pecho, duendes en las manos y, de vez en cuando, un sátiro pícaro y hedonista en los ojos. Su partida… deja una estela de desolación”.

De acuerdo con el medio especializado jhonnyoliverquintal.com, la causa de su muerte fue un cáncer de próstata en etapa 4, con metástasis en huesos y pulmones.

Entre sus obras más recordadas figuran Un girasol pequeño o La ciudad, La cebra, El extraño caso de los espectadores que asesinaron a los títeres y Tres tazas de trigo, considerada por él como “su obra más querida”. Esta última fue estrenada por Teatro en las Nubes, bajo la dirección del actor Rolando Tarajano, y de manera simultánea en Estados Unidos.

Según el crítico Rine Leal, Tres tazas de trigo “es la obra que cierra el ciclo del teatro sobre la familia cubana en el siglo XX”, una valoración que subraya la relevancia del legado de Salvador Lemis en la dramaturgia cubana y latinoamericana.

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