Expresidente argentino Alberto Fernández enfrenta acusaciones graves por violencia de género y corrupción
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 12 de agosto de 2024
El expresidente argentino Alberto Fernández enfrenta acusaciones graves que sacuden tanto su vida personal como el panorama político de Argentina. Su exesposa, Fabiola Yáñez, ha denunciado formalmente a Fernández por violencia de género, un caso que se ha complicado aún más con las investigaciones en curso por presunto tráfico de influencias en la compra de pólizas de seguros durante su mandato.
El caso estalló con la publicación de fotografías y mensajes de WhatsApp de Yáñez, en los que se observan moretones y magulladuras en su cuerpo, junto con mensajes en los que describe episodios de agresión física y psicológica. Estas pruebas fueron descubiertas en el teléfono de María Cantero, exsecretaria de Fernández, durante una revisión ordenada por el juez federal Julián Ercolini, quien estaba investigando una posible corrupción relacionada con los contratos de seguros del Estado.
Yáñez, periodista y actriz que actualmente reside en Madrid con su madre y el hijo que tuvo con Fernández, presentó su denuncia el 6 de agosto, según informó el periódico El Clarín. En los mensajes revelados, Yáñez expresa su angustia y desesperación: “No puedo dejar que me hagas esto cuando yo no te hice nada”. Estos mensajes datan de agosto de 2021, en pleno auge de la pandemia de COVID-19.
La revelación de estas imágenes y mensajes ha generado una conmoción en la política argentina, revelando una profunda hipocresía en el gobierno de Fernández. El expresidente, que gastó millones en promover la defensa de los derechos de la mujer y la lucha contra la violencia de género, ahora se enfrenta a la acusación de ser un agresor en su propia casa. Las imágenes y testimonios expuestos no solo muestran una incoherencia alarmante, sino una traición grave a las promesas de igualdad y respeto que su gobierno había pregonado.
Fernández ha negado las acusaciones, afirmando en un comunicado que se enteró de la denuncia por los medios y que las alegaciones son falsas. Sin embargo, el juez Ercolini ha decidido abrir una investigación formal por violencia de género. Entre las medidas cautelares, se incluye la prohibición de Fernández para salir del país y mantener contacto directo con Yáñez, permitiéndole únicamente comunicación indirecta a través de su madre.
Además, el fiscal Carlos Rívolo ha solicitado el allanamiento de la residencia de Fernández en Puerto Madero para incautar su teléfono móvil, bajo la sospecha de que podría haber continuado hostigando a Yáñez desde Buenos Aires.
Este escándalo no solo pone en entredicho el legado de Fernández, sino que también agita el panorama político argentino, especialmente en un momento crítico para el peronismo. La gravedad de las acusaciones, combinada con la corrupción ya investigada, plantea una crisis que exige una respuesta contundente.
La hipocresía del gobierno de Fernández, que ha promovido campañas de protección a las mujeres mientras su propio líder parece haber perpetuado el abuso, es inaceptable. Este caso debe servir como un recordatorio de que las palabras deben estar respaldadas por acciones reales y ejemplares. La sociedad argentina no puede permitir que quienes deberían ser los campeones de la justicia y la igualdad sean los mismos que perpetúan la violencia y la corrupción.
Es imperativo que la justicia actúe con rapidez y rigor para asegurar que ningún caso de violencia de género quede impune, y que la política deje de ser un refugio para quienes cometen actos deplorables. La lucha contra la violencia de género debe ser un compromiso verdadero, y es hora de que las acciones hablen más fuerte que las palabras.