En Cuba, el mercado de divisas continúa siendo un tema de gran interés para la población, dado que las fluctuaciones del dólar, el euro y el MLC impactan directamente en la economía diaria de los cubanos.

Hoy, 7 de diciembre de 2025, el dólar estadounidense se mantiene alrededor de 450 pesos cubanos (CUP), mientras que el euro cotiza cerca de 490 CUP, reflejando una ligera variación respecto a días anteriores.

El MLC, moneda que se utiliza para compras en tiendas en línea y físicas que operan con tarjetas en moneda libremente convertible, se sitúa aproximadamente en 280 CUP. Estas cifras, aunque cercanas a la oficial, pueden variar ligeramente según el mercado informal y las operaciones de compra-venta entre particulares.

El dólar estadounidense sigue siendo la referencia principal para cualquier transacción internacional y para la remesa familiar, debido a su estabilidad relativa frente al CUP. El euro, aunque menos usado en transacciones cotidianas, afecta directamente el precio de productos importados desde Europa y constituye un referente para negocios que operan con esta moneda. En el caso del MLC, su aparición en la economía cubana ha marcado un cambio importante en la forma en que los ciudadanos acceden a productos de alta demanda, desde tecnología hasta alimentos y artículos de higiene.

Estas tasas de cambio reflejan también la presión sobre la economía local, donde los cubanos deben adaptarse constantemente a la volatilidad del mercado y buscar estrategias para proteger sus ingresos y poder adquisitivo. Las diferencias entre el mercado oficial y el mercado informal, aunque cada vez menores, generan incertidumbre y afectan la planificación familiar y empresarial. En este contexto, la población está atenta a cualquier ajuste que pueda realizar el Banco Central de Cuba, ya que cada variación de unos pocos pesos puede repercutir en el costo de vida.

Además, el valor del MLC ha cobrado relevancia en los últimos años debido a su uso generalizado en tiendas recaudadoras y en pagos de servicios específicos, siendo un indicador indirecto de la demanda de productos importados y del flujo de remesas hacia la Isla. La evolución de estas divisas no solo refleja la situación económica, sino también las dinámicas de ahorro, consumo y movilidad de la población cubana, mostrando cómo cada familia busca adaptarse a un mercado cambiante y desafiante.

Fuente: El Toque

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