El más reciente anuncio de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (Etecsa) ha generado una nueva oleada de indignación en las redes sociales. El llamado "Plan Adicional de Datos", que ofrece apenas 2 GB por un precio de 1.200 pesos cubanos (CUP), ha sido percibido por la mayoría como otra muestra de desconexión total entre el monopolio estatal y la realidad del pueblo cubano.

En menos de 24 horas, el post oficial de Etecsa en Facebook acumuló cerca de 2.000 comentarios, en su mayoría negativos. Los ciudadanos denuncian que el precio es excesivo, especialmente para una población que sobrevive con pensiones o sueldos mensuales que apenas alcanzan para cubrir las necesidades básicas.

Muchos usuarios, como Jesús Crombet, exigen la apertura del mercado a otras compañías, señalando que “si en Etecsa son tan incompetentes, permitan que ingresen nuevas empresas”.

Yadira Caro, una de las tantas voces que denuncian lo que consideran una burla hacia el pueblo manifestó: "Lo que debería ser un beneficio para facilitar la conectividad termina siendo un lujo inalcanzable para millones de cubanos". Las críticas no se limitan al precio. Se cuestiona también la falta de sensibilidad social y la absurda burocracia que acompaña la adquisición de los paquetes.

El caso de la jubilada Esther Abreu es uno de los más desgarradores. Tras 23 años de trabajo, vive de una ayuda social que no le permite siquiera aspirar a uno de estos planes. “Me dicen que estoy desvinculada y que tengo que trabajar para tener retiro, pero soy la única que cuida de mi madre encamada”, explicó, denunciando el abandono del sistema.

"La ironía con que muchos usuarios han reaccionado, como Carlos J González que dijo que con los 2 GB ‘al menos se puede hacer una videollamada para pedir auxilio’, refleja la desesperanza acumulada de un pueblo que siente que todo se convierte en obstáculo".

ETECSA en lugar de responder al clamor popular con empatía y reformas reales, continúa presentando como avances lo que en la práctica son retrocesos. Para los cubanos, este nuevo plan no es más que otro recordatorio de que las prioridades oficiales no coinciden con las del pueblo, cada vez más distante de un acceso digno y asequible a servicios tan básicos como la comunicación.

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