La empresa PRODAL de Regla está envuelta en un escándalo de corrupción y abuso de poder, donde altos directivos se aprovechan de su posición para beneficio personal, mientras aplican estrictas medidas disciplinarias contra los trabajadores.

El secretario del PCC en PRODAL, Wilder Elías Batista, es conocido por su intransigencia y falta de escrúpulos al despedir a cualquier empleado sorprendido llevando productos a su casa para enfrentar la difícil situación económica. Paradójicamente, Batista se lleva a diario productos de la empresa sin restricción alguna, amparado en su condición de "Dirigente de Confianza".

Aclaris Alfonso, la Directora de Producción, también se beneficia de esta corrupción. Aunque mantiene un perfil bajo en redes sociales, ha construido un imperio personal a través de la apropiación indebida de productos. En los consejos disciplinarios, Alfonso no muestra compasión al ordenar despidos de trabajadores por infracciones menores.

Dagmari Meulener, Directora de Calidad, disfruta de frecuentes vacaciones en Varadero y otros destinos turísticos, financiadas por los recursos que obtiene de PRODAL. Al igual que sus colegas, Meulener es conocida por su actitud intransigente y explotadora hacia los trabajadores.

Estos directivos se han convertido en símbolos de la hipocresía y desigualdad que aquejan a la empresa. Los empleados, cansados de esta situación y de la falta de respuesta a sus denuncias internas, han decidido exponer públicamente a estos "revolucionarios oportunistas y abusadores".

La impunidad con la que actúan estos dirigentes es una muestra clara de la corrupción endémica y de cómo los privilegios se reservan para unos pocos, mientras la mayoría enfrenta estrictas reglas y consecuencias severas. Es urgente que las autoridades competentes tomen medidas para investigar y sancionar estos abusos, devolviendo la justicia y la igualdad a la empresa PRODAL. de bienes y servicios.

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