En un nuevo episodio de escalada militar, Irán lanzó misiles contra Israel, lo que activó las alarmas antiaéreas en todo el país. El ejército israelí confirmó el ataque, y las autoridades emitieron órdenes para que la población se mantuviera cerca de los refugios antiaéreos. El incidente ocurre en un contexto de intensificación de las tensiones en la región, especialmente tras los recientes enfrentamientos entre Israel y Hezbolá en el sur del Líbano.

Las sirenas de alerta sonaron en diversas partes de Jerusalén y el centro de Israel, y las órdenes de refugio fueron enviadas a los teléfonos móviles de los residentes y anunciadas en la televisión nacional. Este ataque se produce tras un día marcado por el intercambio de cohetes entre Israel y los militantes de Hezbolá, lo que ha generado preocupación sobre una posible guerra a gran escala.

Un alto funcionario de la Casa Blanca, que prefirió mantenerse en el anonimato, advirtió sobre "graves consecuencias" si Irán continúa lanzando misiles balísticos contra Israel. Las fuerzas estadounidenses, con barcos y aviones en la región, están listas para intervenir en apoyo a Israel en caso de que el conflicto con Irán escale. En este sentido, el contralmirante Daniel Hagari, portavoz del ejército israelí, también advirtió a la población sobre la posibilidad de un ataque generalizado de Irán y la importancia de seguir las directrices de seguridad del Mando del Frente Interior.

Aunque las autoridades iraníes no han comentado oficialmente el incidente, este ataque directo es visto como una respuesta sin precedentes de Teherán. A pesar de la gravedad del ataque, la mayoría de los misiles lanzados en ocasiones anteriores han sido interceptados o fallaron en su objetivo. Israel cuenta con el apoyo de una coalición internacional liderada por Estados Unidos para defenderse de este tipo de amenazas.

En paralelo a los ataques desde Irán, la tensión entre Israel y Hezbolá ha aumentado considerablemente. La aviación y artillería israelí bombardearon el sur del Líbano, mientras los militantes de Hezbolá respondieron con una serie de cohetes dirigidos hacia el territorio israelí. Aunque no se reportaron víctimas inmediatas, ambos lados continúan en alerta máxima.

El conflicto también ha traído consigo operaciones terrestres limitadas en la frontera libanesa. Israel ha publicado imágenes de sus soldados operando en zonas controladas por Hezbolá, incluyendo casas y túneles utilizados para almacenar armas. Estas operaciones han debilitado la posición del grupo militante, que ha sufrido pérdidas significativas en su liderazgo.

A pesar de la negación de Hezbolá sobre la incursión israelí en el sur del Líbano, Israel ha intensificado sus operaciones en la región, lo que ha llevado a la ONU a expresar su preocupación por una escalada mayor. El ejército israelí ha emitido advertencias de evacuación para los residentes en el norte del río Awali, mucho más allá de la zona tradicionalmente considerada segura desde el conflicto de 2006.

El martes, un ataque aéreo israelí también alcanzó un edificio residencial cerca de Beirut, a unos 100 metros de la embajada iraní. Aunque no se reportaron víctimas, el ataque subraya la creciente implicación de ambos países en este conflicto regional.

Ante la posibilidad de nuevos ataques con cohetes, Israel ha impuesto restricciones a las reuniones públicas y cerrado playas en el norte y centro del país. Además, miles de soldados de reserva han sido llamados para reforzar la frontera norte, preparándose para una posible escalada militar.

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