El escritor cubano José Miguel Sánchez, mejor conocido por su seudónimo de Yoss, uno de los más conocidos del panorama de la ciencia ficción en la isla, aseguró que, desde el punto de vista económico, es “bastante inestable y aventurada” la vida de un autor en el país.

“He logrado no morirme de hambre con un mínimo de dignidad. Sobre todo, en esta crisis económica postpandemia. Me gusta comparar la vida de un escritor independiente en Cuba con Tarzán moviéndose por la jungla: salta de liana en liana, el león y el leopardo tratan de atraparlo, pero no lo consiguen, porque él es el auténtico Rey de la Selva”, dijo en una entrevista para OnCuba.   

“Pues yo salto de un premio a un viaje, de una conferencia a un pago por derecho de autor, de una lectura a una peña, y a veces sí me alcanzan el leopardo y el león. O sea, me las veo negras. No tengo un centavo guardado en el banco. Como te dije, no bebo alcohol, ni fumo ni gasto mucho en ropa, cabarets u otros lujos, porque mi principal placer en la vida es la literatura en sí misma, escribir y publicar, leer las opiniones de otros sobre lo que publico. Ah, y saber que inspiro a algunos, ¿para qué negarlo? Si hubiera querido ser rico me habría dedicado a componer reguetón. O a cantarlo”, dijo Yoss, quien también durante nueve años fue vocalista del grupo de heavy metal cubano Tenaz.

“Tenaz fue una época mágica de mi vida”, aseguró el escritor nacido en La Habana, cuya imagen de pelo largo, botas, pantalones militares y una bandana lo ha caracterizado durante décadas.

“Creo que siempre seré rockero, oiré a Iron Maiden y Aerosmith, a Hammerfall y Sabaton. Fui al Patio de María, voy al Maxim Rock y al Submarino Amarillo. No imagino mi vida sin esa banda sonora de guitarras distorsionadas y batería vertiginosa”, afirmó.

“Soy un rockero que escribe fantasía y CF. Mi aspecto lo elijo conscientemente; es mi manera de rendir homenaje a mis héroes, tanto los musicales del rock, como personajes al estilo de Sandokán, el Corsario Negro y, claro, Conan el Cimerio”, explicó acerca de su manera de vestir.

Yoss comentó que no tenía “rituales creativos”. “No bebo alcohol, té ni café; no pongo música; no tengo una hora del día favorita para trabajar: simplemente me siento, empiezo a revisar lo que escribí el día anterior, y a las pocas líneas ya estoy inmerso en mi propia trama. Luego, sólo sigo escribiendo material nuevo, hasta que me canso de estar sentado, algunas horas después, o debo hacer algo más”, dijo.

“Escribo todos los días, entre cuatro y siete horas, según lo inmerso que esté en cada proyecto en concreto. Por lo general, uno tras otro… aunque más de una vez he interrumpido alguno que me resultaba monótono para pasar a otro más fascinante, con el riesgo de dejar a medias el original, que me ha pasado unas cuantas veces, cómo no”, apuntó.

El autor de 54 años cuenta con 42 libros publicados. Uno de ellos, Timshel, volumen de narraciones de ciencia ficción, apareció en 1989, cuando tenía 20 de edad. “Junto a la mexicana y la argentina, la CF cubana se considera la más poderosa y compleja de Latinoamérica; aunque el hispanocentrismo académico siga creyendo que aquí todos somos narradores del Boom o el PostBoom, los autores latinos no tenemos mucho que envidiarles a los ibéricos, ni en imaginación ni en estilo”, opinó.

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