"Pago muy satisfecho el precio de ser invisible en Cuba, si es el que tengo que pagar por escribir como escribo", confiesa Leonardo Padura en una entrevista con Esquire en enero de 2025. Con esta afirmación, el escritor cubano deja claro el coraje con el que ha enfrentado la censura y la represión en su tierra.

Leonardo Padura: "Pago muy satisfecho el precio de ser invisible en Cuba" https://t.co/lvUApYjDxV

— Juntador de Versos (@juanlama2) January 5, 2025

En un reportaje exclusivo publicado el 5 de enero de 2025 en la revista española Esquire, la periodista Ana Trasobares entrevista al cronista del desencanto cubano y Premio Princesa de Asturias de las Letras. La conversación gira en torno a su nueva obra, Ir a La Habana.

Con esta última publicación, Padura nos lleva en un viaje visceral por las entrañas de La Habana, una ciudad que, según él, "perece en el olvido". Usando una narrativa híbrida que mezcla autobiografía, periodismo y ensayo, el autor nos ofrece un retrato crudo de una Cuba sumida en la crisis.

Padura no se guarda nada y carga con todo contra el régimen de Miguel Díaz-Canel. "Tenemos lo que nos merecemos y lo que nos toca por las condiciones sociales, económicas y políticas que está viviendo el país: la pérdida de ilusiones, la falta de esperanzas y la eterna lucha por sobrevivir. Eso lleva a la gente a comportarse de forma agresiva, vulgar y mal elaborada. La gente está crispada", asegura el escritor. Y no se detiene ahí: "En los últimos tres años, Cuba ha perdido a más de un millón de personas, es decir, el diez por ciento de su población. Y se fueron los que pudieron, no los que quisieron. Para salir de aquí necesitas un visado, y con Joe Biden cortando los visados humanitarios, ¿quién se salva?", añade, describiendo la fuga de los cubanos como una carrera de obstáculos.

Padura también denuncia la dura realidad económica de Cuba. "¿Y de qué viven entonces los cubanos? Pues de las donaciones de amigos y parientes que están en Estados Unidos, España o cualquier otro país del mundo. Ellos envían medicinas, algo de comida o 20 euros, que al cambio serían unos 6.600 pesos. O sea, que 20 euros es casi cuatro veces la jubilación de mi madre, que son 6 euros. Ha habido un proceso de ordenamiento monetario en Cuba que ha provocado una inflación brutal", explica el escritor. "Todo esto se complica con una política norteamericana que insiste en las estructuras económicas, políticas y sociales del embargo a Cuba, que es real. Se culpa de todo al embargo, pero el embargo tiene culpa de muchas cosas. Es cierto y hay que decirlo porque si no, no sería justo."

A pesar de la desolación, Padura se mantiene firme en su decisión de quedarse en Cuba. "Sigo viviendo en Cuba, aunque el régimen me haya invisibilizado. Como dijo la poeta cubana Dulce María Loynaz, yo llegué primero", afirma con determinación, dejando claro su amor y compromiso con la isla.

Ir a La Habana no es solo una novela. Es un testimonio, un reflejo de una época y un grito de esperanza en medio de la tormenta. Las palabras de Padura nos permiten comprender mejor las complejidades de una Cuba que sigue luchando por mantenerse viva.

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