Descarga gratis nuestra App

Entre el discurso y el estómago vacío; doble moral del régimen con la alimentación infantil

Redacción de CubitaNOW ~ lunes 3 de noviembre de 2025

Article feature image

El Ministerio de Educación de Cuba (MINED) publicó un mensaje que genera indignación entre los ciudadanos, al hablar del derecho de los niños a una alimentación adecuada mientras la realidad muestra a miles de menores asistiendo a clases sin desayunar.

En su publicación oficial, el organismo aseguró que “el acceso a alimentos adecuados a cada etapa de crecimiento es un derecho fundamental”, acompañando la frase con una imagen colorida de una niña comiendo melón. Sin embargo, el mensaje ha sido recibido como una burla para muchas familias que hoy luchan por conseguir un simple pan o un poco de leche para sus hijos.

El contraste entre el discurso y la realidad es abismal. En numerosos hogares cubanos, los padres apenas logran enviar a sus hijos a la escuela con un vaso de agua con azúcar o café aguado. Las denuncias por la mala calidad y escasez de la comida en los comedores escolares son constantes: arroz mal cocido, croquetas sin carne, y porciones tan pequeñas que resultan simbólicas.

El cinismo del discurso oficial queda en evidencia ante una crisis alimentaria que ya afecta de manera directa a la infancia cubana. Organizaciones como UNICEF han alertado que uno de cada diez niños en Cuba sufre pobreza alimentaria severa, consumiendo apenas dos de los ocho alimentos esenciales para su desarrollo físico y mental.

En provincias como Santiago de Cuba u Holguín, es cada vez más común ver a menores vendiendo golosinas o pan en las calles para aportar al sustento familiar. El hambre se ha vuelto paisaje cotidiano, y la infancia, un lujo que muchos no pueden permitirse.

Mientras tanto, el gobierno repite consignas vacías sobre “derechos” y “bienestar”, sin asumir la responsabilidad de garantizar lo más básico: la comida. La contradicción entre lo que el MINED dice y lo que realmente ocurre en las escuelas es una muestra dolorosa de la desconexión del poder con la realidad del pueblo.

El derecho a comer sano no se defiende con carteles ni frases optimistas en redes sociales, sino con políticas que aseguren pan, leche y dignidad. En Cuba, el hambre infantil es hoy la evidencia más cruda de una promesa incumplida.


Recomendado para ti

Tambien te puede interesar