En medio de tanta desgracia es indigno que la “ayuda” se convierta en propaganda
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 8 de noviembre de 2025
Lo que debía ser un gesto de apoyo se transformó en una escena de propaganda. En Contramaestre, provincia de Santiago de Cuba, la caravana que llegó al Consejo Popular “Los Negros” con 20 toneladas de productos donados por las mipymes El Almirante y Productos Lácteos CID terminó siendo un desfile político más que un acto de solidaridad.
Los organizadores lo presentaron como una “ayuda del pueblo al pueblo”, pero el ambiente se llenó de banderas rojas, consignas y uniformes partidistas. En lugar de humildad, hubo altavoces, discursos y cámaras listas para mostrar una imagen de eficiencia revolucionaria ante el desastre.
Los damnificados, muchos aún sin electricidad ni techo, fueron simples espectadores de una puesta en escena donde la necesidad sirvió de telón de fondo para un espectáculo ideológico.
El pueblo no necesita caravanas adornadas ni “actos de reafirmación revolucionaria”.
Lo que exige es comida en la mesa, materiales para reconstruir sus casas, medicinas para sus enfermos y funcionarios que escuchen más de lo que hablan.
Pero el poder en Cuba sigue confundiendo solidaridad con propaganda, ayuda con oportunismo y empatía con marketing político.
Cada vez que llega un camión con banderas y consignas, se borra el sentido real de la palabra ayuda. La solidaridad auténtica no busca aplausos, no se graba en televisión ni se acompaña de himnos. Es silenciosa, sincera y desinteresada.
Mientras tanto, las autoridades continúan priorizando la foto antes que la acción. El país se hunde entre apagones, escasez y desesperanza, pero los que mandan siguen empeñados en convertir cada entrega, cada donación, cada mínimo gesto de apoyo en un acto de propaganda que les permita sostener su narrativa triunfalista.
La gente está cansada. Cansada de los discursos vacíos, de los carteles que dicen “resistir es vencer” mientras los refrigeradores están vacíos. En Cuba, la verdadera ayuda no se mide por toneladas ni por consignas, sino por el respeto al dolor de quienes lo han perdido todo.
Una caravana con banderas puede recorrer kilómetros.
Pero la solidaridad verdadera, la que sana y reconstruye, solo necesita dar un paso: el de la humildad.
Fuente: Yosmany Mayeta