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Búnker secreto de Fidel Castro y Celia Sánchez en La Habana, desde la mirada de youtuber cubano

Redacción de CubitaNOW ~ miércoles 4 de junio de 2025

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Foto Cubacute

Se dice que todo líder autoritario guarda un espacio reservado al que pocos tienen acceso. En el caso de Fidel Castro, ese espacio tenía un nombre propio: Celia Sánchez Manduley. Aunque durante años fue presentada como una simple “amiga”, los rumores sobre un vínculo mucho más estrecho nunca han desaparecido. Lo que sí está comprobado es que Celia contaba con una residencia blindada en pleno corazón de La Habana, concebida como un búnker personal dentro del sistema.

La vivienda, situada en la calle 11 entre 10 y 12, en el barrio habanero del Vedado, fue durante décadas una zona restringida, resguardada por garitas militares, cámaras de vigilancia y patrullaje constante. El acceso estaba reservado exclusivamente para allegados del poder. Para el ciudadano común, era un territorio vedado.

Según revelaciones del youtuber cubano Abelito Nemo, aquel enclave no era una casa cualquiera. Se trataba de un mini palacio encubierto, con lujos impensables para la mayoría de los cubanos: piscina climatizada, cancha privada de baloncesto, bolera, biblioteca con reliquias de la Sierra Maestra, y hasta un establo con aire acondicionado.

El centro del recinto era un apartamento en el último piso de un edificio gris, de apariencia austera por fuera, pero decorado con opulencia en su interior. Incluso contaba con una cama con forma de bohío campesino. Las azoteas del edificio estaban interconectadas, diseñadas para permitir una vía de escape rápida, y desde allí partía un túnel secreto que conducía a un gimnasio subterráneo.

“La discreción era ley”, recuerda el testimonio. La tienda a la que acudía el círculo íntimo de Celia solo abría de noche. En las esquinas, semáforos con luces rojas intermitentes y puestos de vigilancia marcaban los límites de esta zona especial. Solo miembros del MININT o altos funcionarios del gobierno podían habitar allí. Si eras extranjero o un cubano sin rango, “ni lo soñaras”.

Tras la muerte de Celia en 1980, Fidel prohibió el acceso total a la zona, que se mantuvo bajo custodia militar estricta durante más de dos décadas. Se llegó a hablar de incidentes violentos, incluso “disparos y muertos para quienes intentaron entrar sin permiso”, según fuentes citadas por Nemo.

Actualmente, el área ha perdido parte de su hermetismo. Las garitas ya no exhiben armas largas, y algunos soldados crían palomas. Incluso se reporta la presencia de extranjeros que alquilan propiedades en los alrededores, algo que en el pasado habría sido impensable. Sin embargo, el edificio donde vivió Celia Sánchez permanece cerrado. No se ha convertido en museo, ni permite el acceso público. “Solo los militares cuidan lo que aún se guarda allí”, afirma el youtuber.

Celia Sánchez fue mucho más que la confidente de Fidel. Combatiente, fundadora del pelotón Mariana Grajales, ministra, diputada y pieza esencial en la maquinaria del poder revolucionario. Estuvo al frente de la construcción del Palacio de Convenciones y participó en la neutralización de varias amenazas internas al régimen.

“La Revolución murió con ella”, sentencia Abelito Nemo, en alusión a la influencia y poder que Celia acumuló hasta su fallecimiento. Su antigua residencia, aún rodeada de misterio, es hoy una silenciosa reliquia del pasado oculto del castrismo.


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