El Comando Sur del Departamento de Defensa de los Estados Unidos informó este jueves 13 de junio que un submarino de ataque rápido entró a la Bahía de Guantánamo en Cuba.

“El submarino de ataque rápido USS Helena se encuentra en la Bahía de Guantánamo, Cuba, como parte de una visita portuaria de rutina en la que transita por el área geográfica de responsabilidad del Comando Sur de los EE. UU. con la que lleva a cabo su misión global de seguridad marítima y defensa nacional. La ubicación y el tránsito del buque estaban previamente planificados”, informó el comando.

La entrada de la embarcación ha sido interpretada como una demostración de fuerza, ya que se produce un día después de que un submarino nuclear ruso atracara en La Habana para una visita inusual a la isla.

El submarino ruso de propulsión nuclear 'Kazan', que según Cuba no transporta armas nucleares, llegó el miércoles a La Habana. Estaba acompañado de la fragata Almirante Gorshkov, así como de un petrolero y un remolcador de salvamento.

El despliegue ruso, a tan solo 90 millas de la costa de Florida, ocurre en medio de grandes tensiones por la guerra en Ucrania, país que cuenta con el apoyo de Occidente en su lucha contra una invasión rusa.

Pequeños grupos de pescadores y otros curiosos situados a lo largo del paseo marítimo del Malecón de La Habana dieron la bienvenida a los imponentes buques, bajo una ligera lluvia, que pasaban cerca del Castillo del Morro, una fortaleza colonial de unos 400 años de antigüedad, a la entrada del puerto habanero.

El Ejército de Estados Unidos asegura que monitorea de cerca la presencia de los barcos rusos, pero ha establecido que no suponen una amenaza directa.

La Habana está situada a solo 160 kilómetros de Key West, Florida, donde se encuentra una Estación Aérea Naval de Estados Unidos. La visita se produce en un momento en que la administración Biden reflexiona hasta dónde puede llegar para ayudar a defender a Ucrania contra Rusia.

Durante la Guerra Fría, el despliegue de misiles nucleares soviéticos en la isla desencadenó la crisis de los misiles en Cuba de 1962, cuando Washington y Moscú estuvieron a punto de entrar en guerra.

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