El Estado cubano cedió más de 1000 hectáreas del macizo arrocero en Pinar del Río, con varios años sin explotar, a usufructuarios que podrían comenzar a utilizarlas a partir de la actual campaña de frío.

“Estamos abiertos a que todo el que desee sembrar pueda hacerlo. Lo que queremos es que las tierras sean explotadas”, aseguró el director de la Empresa Agroindustrial de Granos Los Palacios, Ariel García Pérez.

García dijo que los terrenos permanecieron desde 2019 sin aprovecharse debido a la escasez de recursos de la entidad para las labores agrícolas. Citó como causa el encarecimiento de algunos insumos y las dificultades económicas del país.

Las limitaciones con el paquete tecnológico (herbicidas, insecticidas, fungicidas, fertilizantes, combustible) hicieron que el último año quedaran sin plantarse más de 14 000 hectáreas en la entidad pinareña, considerada entre las cuatro mayores arroceras del país, indica un reporte de la prensa oficialista local.

Según el mismo, en la pasada campaña de primavera fueron apenas 920 hectáreas, unas diez veces menos de lo que tradicionalmente se cultivaba. Con el fin de poner a producir las áreas, el directivo plantea que han intercambiado con las comunidades y las cooperativas de la zona del sur pinareño, a fin de darles a conocer la nueva posibilidad.

Hasta el momento, han sido otorgadas 972 hectáreas pertenecientes a la unidad empresarial de base Sierra Maestra, al igual que otras 500 hectáreas en otros sitios del municipio de Los Palacios. Las cifras todavía pueden seguir creciendo, teniendo en cuenta la motivación de los campesinos, señala el funcionario.

Las áreas no necesitan desmonte y cuentan con un sistema de canales de agua para el riego, lque facilitaría, a pesar de la escasez de insumos, los cultivos varios, la ganadería e incluso la propia cosecha arroz en pequeñas extensiones.

La provincia sufrió a finales del septiembre los embates del huracán Ian, con afectaciones a la agricultura, la vivienda y el servicio eléctrico. El país vive una severa crisis de alimentos, encarecidos además tras la medida gubernamental conocida como Tarea Ordenamiento.

Pese a los intentos del régimen por flexibilizar las limitaciones propias del sistema político en la isla, muchos campesinos se quejan de las trabas que enfrentan para producir. “Aquí lo que están sobrando son los dirigentes del Ministerio de la Agricultura que está bien claro que no le interesa la comida del pueblo”, dijo un productor.

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