Emotivo relato de una cubana en el concierto de Varela: Gritó Viva Cuba Libre y todos respondimos libertad

Redacción de CubitaNOW ~ martes 31 de mayo de 2022

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El jurista y activista cubano Fernando Almeyda, uno de los fundadores de la plataforma Archipiélago y promotor de la Marcha Cívica por el Cambio del 15 de noviembre de 2021 (15N), compartió en su perfil de Facebook el relato de una cubana sobre el concierto de Carlos Varela en La Habana este fin de semana.

"Tomado del Muro de una amiga, como se vivió el concierto de Carlos Varela... La Lucha está Viva", dijo.

En las últimas horas su texto se ha viralizado en las redes sociales. CubitaNOW comparte íntegramente esta exquisita crónica de lo vivido esa noche:



Llegué al concierto pasadas las 9 de la noche, mirando el Programa con los horarios, cada cinco minutos, para no perderme a Carlos, que estaba programado para las 10:40 p.m. Yo quería verlo todo, completo desde el principio y, hacía tantos años que no disfrutaba a Carlos en vivo, que no me lo iba a perder, no me lo podía perder.

Además, era un compromiso con mi niñez y mi historia personal, también con un amigo que habita en otra provincia y no podía estar, con otros amigos que están del otro lado del mar y tampoco podían estar presentes.

Desde que llegué, el despliegue policial se notaba, mucho más que la noche anterior cuando cantó X Alfonso. Muchos policías en todas las entradas y salidas, otros caminando por todo el lugar, observando a todos. En el momento que llegué, estaba en el escenario la banda colombiana Mateo. Decidí subir a la sección F, alejarme un poco del escenario, porque la noche anterior había comprobado que la zona superior era menos vigilada, así que subí.

Sí, no fue miedo, pero sí un poco de cautela. En la misma entrada me había tropezado con Abel y con Frank Michel y la policía se nos había quedado mirando a ver hacia qué lugares nos movíamos. Saludé a los muchachos, con la seguridad de que íbamos a disfrutar mucho de cada tema del Gnomo y, saber que ellos estaban ahí, como tantos otros amigos, me llenó de energías, de saberme acompañada aunque estuviéramos dispersos los amigos por todo el lugar.

Hubo un momento en que estaba en la sección F en que el personal de Cruz Roja se desplegó por toda la zona superior, corriendo y comunicándose unos con otros por trunking. Fue un momento de espanto, llegué a pensar lo peor, porque minutos antes había recibido la noticia de que se había comunicado una amenaza de bomba en el Hotel Tulipán.

El personal de la Cruz Roja cesó de correr, mientras yo intentaba ubicar visualmente a cada uno mientras corrían y se comunicaban, subían y bajaban escaleras. No puedo precisar a qué se debió tal despliegue que duró al menos unos 5 minutos hasta que se detuvieron y se reorganizaron.

Luego de que la banda Mateo terminó su presentación, le tocó el turno a Héctor Tellez, enérgico y con mucha fuerza pero, ya yo estaba al límite de la desesperación esperando el momento de Carlos. Así que, bajé al primer piso, aproveché para ir hasta el baño, ir a beber algo, intentar relajarme un poco. Porque sí, me sentí observada hasta por el personal de la Cruz Roja en el momento que se aproximaron y decidieron sentarse justo detrás de mi.

La espera de la salida al escenario de Carlos, fue larga y un poco desesperante, llena de inquietud. Cuando Héctor terminó su presentación, decidí bajar al primer piso, no quería estar lejos de la energía del Gnomo, no podía estar lejos. Bajé al área lateral en el primer piso y cuando el Gnomo empezó a cantar, se me removió el piso. Le escribí a Tomi, que si yo estaba allí en ese concierto, era un poco también por él y las tatas, que aunque él no pudiera estar, yo estaba allí en nombre de ellos también.

Le compartí fotos del momento y volví a desconectarme, tenía que disfrutarlo a plenitud. Carlos (como siempre, no esperaba menos de él) agradeció a las mujeres que tuvieron los ovarios bien puestos para que él pudiera estar en el escenario, pidió disculpas por retrasar el horario inicial, porque ya pasaban las 12 de la noche y estaba allí su público esperándolo, a pesar de todo.

En cada canción, Carlos gritó Viva Cuba Libre y a su grito, todos respondíamos con el grito de Libertad, Libertad, Libertad!!! Yo seguía observando a todos a mi alrededor y, no sé si alguien más lo notó pero, hubo un momento en que un teniente coronel, a la izquierda del escenario, también grababa la presentación de Carlos.

Él estaba parado a unos tres metros de mí, mientras coréabamos las letras de Carlos, a gritos, con la voz desgarrada, porque también vi gente llorando. Me quedé mirándolo y en el cruce de miradas, le sonreí, como haciéndole saber que no importaba cuánto nos rodearan, no nos íbamos a mover de allí, nos íbamos a quedar con los puños en alto y cantando. Él corrió a guardarse el teléfono con el que grababa en un bolsillo y yo volví a sonreir; quise pensar que él también disfrutaba el momento y la emoción, quise creer que era parte del pueblo que cantaba y que si estaba allí, al menos iba a disfrutarlo.

Quise pensar que era eso lo que grababa, su amor por el Gnomo y que era amor y no ganas de vigilar a nadie. El mundo se me volvió a nublar cuando lo perdí de vista, lo primero que pensé fue que se había dado cuenta que yo lo observaba y que en cualquier momento se me acercaría a pedirme identificación... pero no pasó.

Justo en ese momento, me tocan la espalda y me dicen, Oye, yo soy Plácido, yo te conozco!!! No salté del susto, de puro milagro. De tanto pensar y sentirme observada, hubiera infartado allí mismo, por Dios. Pero era Plácido, que solo nos conocíamos de FB y de compartir ideas en común, por suerte. Nos abrazamos, como si nos conociéramos de toda la vida y comenzamos a cantar juntos.

La emoción nos ganó un millón de veces, las lágrimas se nos agolpaban cada vez que Carlos lanzaba un Viva Cuba Libre y todos respondíamos con el grito de Libertad, libertad, libertad para todos!!! El Gnomo pidió una luz, un mechero, para las madres, para los hijos, para la gente que se metía en la selva del Darien en Nicaragua, para todos los que cruzan el mar. Y todos levantaron sus teléfonos y las luces inundaron el lugar en cada brazo en alto, mientras se coreaban las canciones y se seguía gritando Libertad!!! No pudieron pararnos.

Carlos se mantuvo todo el tiempo gritando Viva Cuba Libre!!! Hubo mucho sentimiento y mucho, muchísimo amor en el aire. Los dos momentos más cargados de emociones fueron el día anterior con X Alfonso y los temas de su CD Inside y, anoche con el Gnomo. Mucho hay que agradecerles a todxs ustedes, a X Alfonso, a Haydée, a Carlos, que nos mueven siempre a seguir juntos y no bajar los brazos con el puño en alto.

A ellos y a todos los que corearon Libertad!!!, al muchacho que entró al escenario a hacerle una foto a Carlos y fue arrastrado hacia afuera en un despliegue de violencia, a todos... Gracias por no dejarnos solxs, gracias por no bajar los brazos y no dejar que nos rompan los abrazos. Carlos pidió una luz y le devolvimos cientos y en cada lágrima que cayó anoche, hay un alma libre, como un ángel, porque hijos de leñadores somos en todas las fotos de familia.


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