Varios camiones militares recorrieron calles de El Vedado en La Habana realizando lo que las autoridades describen como un operativo de “fumigación” para frenar la proliferación de mosquitos. Sin embargo, los vecinos que presenciaron la escena aseguran que el humo liberado no corresponde a ningún producto destinado al control de vectores. Por el contrario, afirman que se trata de un humo espeso con un marcado olor a petróleo, lo que ha generado preocupación, indignación y desconfianza.

“Eso no mata a los mosquitos, eso es humo de petróleo”, comentaron varios residentes, quienes cuestionan no solo la efectividad del procedimiento, sino también la intención real detrás de un operativo que, según ellos, no cumple ninguna función sanitaria. Las imágenes de los camiones avanzando entre nubes de humo oscuro han circulado rápidamente entre los vecinos, quienes señalan que esta práctica no tiene relación alguna con los estándares técnicos de una fumigación profesional.

El malestar de la población se produce en un momento crítico para la capital cubana, donde los casos de dengue, zika y otras enfermedades transmitidas por mosquitos continúan aumentando. La situación epidemiológica en La Habana es motivo de alarma: hospitales con alta demanda, falta de reactivos para análisis, escasez de insecticidas y un deterioro generalizado del sistema de control de vectores han provocado que la población sienta que está desprotegida ante un escenario que se agrava cada semana.

Los vecinos señalan que hace años que no ven una fumigación real realizada con equipos especializados y productos adecuados. En cambio, denuncian que las autoridades recurren a métodos improvisados, como esparcir humo supuestamente sin ningún componente biocida. “Eso no baja una sola Aedes aegypti”, dijo una vecina, quien afirmó que después del paso del camión, los mosquitos seguían igual o peor dentro de las viviendas.

A esto se suma la falta de acciones preventivas básicas: recogida de desechos, limpieza de alcantarillas, control de salideros y unidades de salud comunitaria con recursos. Sin estas medidas, señalan especialistas independientes, cualquier intento de fumigación resulta inútil.

El operativo de hoy, lejos de tranquilizar a los habitantes, incrementa el cuestionamiento popular sobre la gestión sanitaria del régimen.

Para muchos, lo ocurrido en El Vedado no es una fumigación, sino otra maniobra insuficiente que deja en evidencia la crisis epidemiológica y la ausencia de soluciones reales.

Del perfil de La Tijera

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