El régimen cubano oculta que la donación de arroz viene de Corea del Sur
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 26 de diciembre de 2025
La reciente donación de 24.600 toneladas métricas de arroz a Cuba volvió a poner en evidencia una práctica sistemática de la propaganda de la dictadura cubana: manipular la información mediante omisiones calculadas para no alterar su relato ideológico. Aunque la ayuda fue realizada por la República de Corea (Corea del Sur), los medios oficialistas optaron por una formulación ambigua y deliberadamente engañosa: decir simplemente que “Corea” donó el arroz.
El anuncio fue divulgado por el Sistema de Naciones Unidas en Cuba y por el Programa Mundial de Alimentos (PMA), precisando que la donación provino del Ministerio de Agricultura de la República de Corea, es decir, Corea del Sur, un país democrático, con una economía sólida y uno de los principales donantes de ayuda humanitaria a nivel global. Sin embargo, los medios estatales cubanos evitaron aclararlo, conscientes de que esa precisión desmonta décadas de discurso oficial.
No se trata de un detalle menor. Existen dos Coreas, con realidades radicalmente opuestas. Corea del Norte, histórica aliada política de La Habana, es una dictadura comunista aislada, con su población sumida en la pobreza extrema y dependiente de la ayuda internacional para sobrevivir. Resulta absurdo —y fácilmente verificable— pensar que ese régimen tenga capacidad para donar decenas de miles de toneladas de arroz a otro país. Corea del Norte nunca ha realizado una donación similar a Cuba.
La otra Corea, la que sí donó el arroz, es Corea del Sur: una democracia desarrollada, con altos niveles de productividad agrícola y una activa política de cooperación internacional. Lo irónico es que Cuba no mantuvo relaciones diplomáticas con Corea del Sur hasta hace apenas un año, después de décadas alineada exclusivamente con Pyongyang. Aun así, el nuevo socio diplomático ya ha enviado una ayuda alimentaria de gran magnitud a la Isla.

El arroz será distribuido por el PMA a personas en situación de vulnerabilidad y mujeres embarazadas en todo el país. La mitad del cargamento se descargó en el puerto de Santiago de Cuba, lo que permitirá duplicar durante cinco meses las raciones en las provincias orientales. El resto llegará por La Habana para cubrir al resto del territorio nacional durante un año, en entregas bimestrales. También se destinará a comunidades afectadas por fenómenos meteorológicos recientes.
¿Por qué entonces ocultar el nombre completo del donante? La respuesta es política. Reconocer explícitamente que una democracia capitalista, con la que Cuba hasta hace poco no tenía vínculos, está ayudando a alimentar al pueblo cubano, mientras el modelo socialista no logra garantizar lo básico, resulta incómodo para la narrativa oficial. Por eso se recurre a la ambigüedad, confiando en la desinformación y en la confusión deliberada.
Este episodio confirma que, incluso en medio del hambre y la crisis, la dictadura prioriza el control del relato por encima de la transparencia. Nombrar correctamente a Corea del Sur habría sido un simple acto de honestidad informativa. No hacerlo revela, una vez más, el miedo del régimen cubano a la verdad.