El pueblo de Caibarién sin agua mientras los hoteles de Cayo Santa María son priorizados
Redacción de CubitaNOW ~ martes 9 de septiembre de 2025

La población de Caibarién, en Villa Clara, continúa enfrentando una grave crisis de suministro de agua potable, mientras el régimen prioriza las necesidades de la industria turística en Cayo Santa María.
Según el perfil de Facebook LaTijera, la situación en el Reparto Van Troi es especialmente crítica: durante años los vecinos han carecido de un suministro estable de agua, y la mitad de los edificios no reciben agua en absoluto.
La misma situación afecta a comunidades cercanas como La Pesquera y La Playa, debido a dos salideros en el camino de Rojas que interrumpen la distribución.
A pesar de las reiteradas quejas de los habitantes, las autoridades gubernamentales han respondido que “no hay recursos” para resolver la situación, atribuyendo la falta de soluciones al bloqueo de los Estados Unidos.
Sin embargo, el contraste con la atención al turismo es evidente: ayer en la tarde, la carretera de Yaguajay, entre Caibarién y Dolores, se llenó de camiones y funcionarios de Recursos Hidráulicos, el Ministerio de Turismo y Gaviota, trabajando a toda prisa para reparar la tubería que abastece a los hoteles de Cayo Santa María.
Este doble estándar ha generado indignación entre los residentes locales, quienes denuncian que el turismo tiene prioridad mientras el pueblo sobrevive entre carencias y abandono. Muchos vecinos llaman a Caibarién "Macondo", alegando que se ha convertido en un lugar olvidado, donde los servicios básicos son limitados y el acceso al agua potable es intermitente o nulo.
La crisis hídrica en Caibarién refleja un problema más amplio en Villa Clara y otras provincias de Cuba, donde el deterioro de la infraestructura, la falta de mantenimiento y la priorización de sectores turísticos generan desigualdad en la distribución de recursos esenciales.
Los habitantes esperan que la presión social y la visibilidad de casos como este puedan generar alguna respuesta de las autoridades, aunque hasta ahora la situación persiste sin solución a largo plazo.
La indignación de los vecinos y las redes sociales vuelven a poner de relieve la contradicción entre la atención a los visitantes extranjeros y las necesidades básicas de la población local, reforzando la percepción de abandono y desigualdad en la isla.