El oriente cubano clama auxilio tras el paso del huracán Melissa
Redacción de CubitaNOW ~ lunes 3 de noviembre de 2025
El poblado de El Sitio, en Manzanillo, sigue sumido en una profunda crisis humanitaria después del paso del huracán Melissa y las posteriores inundaciones que devastaron el oriente cubano. Aunque el nivel del agua ha comenzado a descender, el panorama sigue siendo desolador: familias enteras sobreviven al borde de la carretera, bajo carpas improvisadas entregadas por el Consejo de Defensa Municipal, tras haberlo perdido absolutamente todo.

El periodista José Ortiz Benet, quien visitó la zona, describió una realidad “muy surreal”, marcada por el dolor, la pérdida y la desesperanza. Muchos residentes aún buscan a sus familiares desaparecidos, extendiendo su búsqueda hasta otros municipios vecinos. El olor a humedad, el calor sofocante y la presencia de vectores aumentan el riesgo de enfermedades, mientras la ayuda oficial llega con cuentagotas.

En medio de la tragedia, varias manos solidarias han intentado mitigar el sufrimiento. Cubanoamericanos, junto a mipymes como Bajo Cero y Casa Tres Delicias, han enviado víveres, medicinas y leche para los niños. Sin embargo, la magnitud del desastre supera por mucho los recursos disponibles. Los pobladores insisten en que se necesita más ayuda humanitaria, especialmente agua potable, alimentos no perecederos y medicamentos esenciales.

Las redes sociales se han llenado de mensajes de apoyo, indignación y súplicas a las autoridades. Muchos exigen que el gobierno habilite locales vacíos, antiguos centros de trabajo o instalaciones estatales abandonadas para alojar a las familias damnificadas. Otros denuncian irregularidades, como la recogida de algunas lonas donadas, generando sospechas de mal manejo de los recursos.
Mientras tanto, el oriente cubano parece hundirse en el silencio y el abandono. La tragedia de Manzanillo no es solo el resultado de un fenómeno natural, sino también de la precariedad estructural que por años ha dejado a miles de familias sin protección ante desastres previsibles. La voz de José Ortiz resume el sentimiento general: “Dejo atrás un dolor invisible, un calor agobiante y una miseria profunda que espanta todo, menos a los vectores que merodean sin piedad.”

El pueblo espera que las promesas de ayuda se cumplan y que la solidaridad prevalezca sobre la indiferencia. Mientras tanto, El Sitio sigue siendo el retrato más crudo de un oriente herido que clama por no ser olvidado.
Fuente:José Ortiz Benet