En días pasados hablamos de un pequeño de diez años que vendía tamales para subsistir en la provincia de Camagüey. El artículo "El niño de los tamales" fue conmovedor. El que nos acercó al hecho, José Luis Tan, profundizó en el tema y he aquí el resultado de sus indagaciones: Roelbis es el nombre del niño que vendía tamales. El día 13 de octubre cumplirá diez años de edad. Gracias a la colaboración de varios seguidores, Tan se personó en su casa donde conoció a su abuela Daisi.

"Titingo", como le dicen cariñosamente a Roelbis, vive desde pequeño con su abuela de 62 años edad, jubilada con una pensión de MIL 600 pesos (CUP) que apenas le alcanza para el fin de mes.

El niño vendía tamales escondido de su abuela. Le decía que iba a jugar y en realidad, salía a "luchar" un poco de dinero para ayudarla.Según varios vecinos y personas que la conocen y, por lo que pudimos apreciar personalmente, Deisi es una abuela que le ha sabido dar una excelente educación, basada en principios y valores, y además, está en contra de que venda tamales.Viven en precarias condiciones en Calle Nueva Final, #44, entre Río y Arroyo, Nuevo Salomé, Camagüey. "Titingo" ya no venderá más tamales y entre todos trataremos de que tenga una infancia lo más feliz posible, nos comenta el periodista independiente José Luis Tan.

La prensa independiente ha desempeñado un papel crucial en visibilizar esta historia, mostrando la importancia del periodismo libre y comprometido con las realidades sociales. Al dar voz a los más vulnerables, contribuyen a generar conciencia y movilizar recursos y apoyo hacia quienes más lo necesitan. La historia de Roelbis es un ejemplo de cómo el periodismo independiente puede influir positivamente en la vida de las personas y en la construcción de una sociedad más justa y solidaria.

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