El comandante Guillermo García Frías, quien dirige la Empresa Nacional de Flora y Fauna, tiene un papel clave en el negocio de las peleas de gallos en la isla.

La Finca Alcona, ubicada en las afueras de La Habana, es el epicentro de esta controvertida industria de las peleas de gallos. Desde este lugar, se supervisan y organizan los eventos legales relacionados con estas peleas en Cuba.

Incluso, según fuentes anónimas citadas en un reportaje del medio independiente Cubanet, la Finca Alcona es el criadero de gallos más prestigioso del país y exporta ejemplares a países de América Latina y Europa.

El comercio de animales, particularmente los gallos, representa un negocio rentable para la Empresa Nacional de Flora y Fauna, que es encabezada por el comandante Guillermo García Frías. Esta entidad estatal, además de estar involucrada en la cría y venta de gallos, tiene un portafolio diverso que incluye fábricas de helado, mataderos, empacadoras de carne, entre otros negocios.

Aunque miles de cubanos participan en las peleas de gallos, la mayoría no se beneficia económicamente del negocio. Los compradores internacionales pagan sumas considerables por ejemplares de calidad, llegando a los 300 dólares por pollo, y más si el gallo tiene un historial destacado de peleas.

La Finca Alcona, ambientada según las tradiciones campesinas, se convierte en un lugar de encuentro entre aficionados a las peleas de gallos de octubre a julio, ofreciendo una experiencia que incluye restaurantes, parrilladas y cafeterías. La temporada comienza con la "Fiesta del Pollo" el 10 de octubre, un día dedicado a las peleas de gallos novicios, aunque en la práctica, también compiten ejemplares experimentados.

Este negocio, controvertido en su esencia, representa una fuente de ingresos significativa, donde el comandante Guillermo García Frías tiene un papel predominante.

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