¡Emocionante!... El llanto de un perro que nunca olvidó (video)
Redacción de CubitaNOW ~ jueves 4 de septiembre de 2025

En un rincón sencillo de Cuba, donde las paredes aún guardan los ecos de despedidas pasadas, un perro volvió a creer en los milagros. No hablaremos aquí de un animal cualquiera, sino de Toby, un mestizo de mirada noble que se negó a soltar el recuerdo de quien un día le prometió volver.
Su dueña, Ana, emigró hace casi tres años, con el corazón hecho trizas por dejar atrás su tierra, su familia… y a Toby. Aseguró que solo sería un “hasta pronto”, pero en tierras ajenas, los meses se transforman en años y las promesas se ponen a prueba.
Durante todo ese tiempo, Toby se convirtió en sombra silenciosa del portal. Cada día, al caer la tarde, se sentaba en el mismo lugar donde la vio partir, moviendo la cola al sonido de cada motor, como si esperara verla bajar de un carro que nunca llegaba.
Pero aquel domingo de septiembre, el milagro ocurrió.
Ana regresó de visita. No hubo anuncio, no hubo advertencia. Solo una mujer bajando de un auto con los ojos húmedos y un corazón latiendo a mil. Y entonces, como si el tiempo se deshiciera, Toby corrió hacia ella. La reconoció al instante.
El momento fue indescriptible. Toby aullaba, lloraba —sí, literalmente lloraba—, se le encogía el cuerpo entre sollozos caninos mientras se le trepaba al pecho. Ana cayó de rodillas, lo abrazó, lo besó, le hablaba como a un hijo perdido: “Te lo prometí, mi niño, te lo prometí…”
Vecinos grabaron la escena con lágrimas en los ojos. No hacía falta más explicación. A veces, el amor no necesita palabras; se arrastra en cuatro patas y se expresa en gemidos que parten el alma.
Aquel día, Toby volvió a comer con alegría. Durmió pegado al cuerpo de Ana, como en los viejos tiempos. Quizás entendió que el amor verdadero siempre regresa, aunque tarde. Y aunque Ana pronto tendrá que volver a marcharse, Toby ahora sabe que no fue olvidado.
Dicen que los perros no hablan, pero Toby gritó con el alma. Y el mundo, por unos minutos, entendió su idioma.
Por: Guillermo Rodríguez Sánchez