Las fuertes lluvias que han azotado el occidente de Cuba este lunes han provocado inundaciones en varias zonas de La Habana y Pinar del Río. Tal como alertó el Instituto de Meteorología de Cuba (Insmet), las precipitaciones han sido intensas y han generado acumulaciones de agua en áreas bajas y de mal drenaje. Sin embargo, más allá del impacto climático, la situación se agrava debido al deterioro urbano, las calles en mal estado y la acumulación de basura, factores que no solo dificultan el tránsito, sino que también representan un riesgo sanitario para la población.

La infraestructura de drenaje en La Habana ha estado colapsada por años debido a la falta de mantenimiento y la gran cantidad de desechos sólidos que obstruyen los tragantes. En cada episodio de lluvias intensas, el agua no encuentra salida adecuada, convirtiendo las calles en ríos intransitables. Además, los enormes baches y el mal estado del asfalto empeoran la movilidad, tanto de peatones como de vehículos, incrementando el peligro de accidentes.

A esta problemática se suma la crisis de recogida de basura. La acumulación de desechos en las calles no solo bloquea los drenajes, sino que, con la humedad y el agua estancada, se convierte en un caldo de cultivo para la proliferación de enfermedades. Condiciones como el dengue, leptospirosis y otras infecciones de origen hídrico encuentran un entorno ideal para propagarse, afectando a los sectores más vulnerables de la población.

Vecinos y ciudadanos han manifestado su preocupación en redes sociales, compartiendo imágenes de calles inundadas y de personas ayudando a rescatar a quienes han quedado atrapados en sus viviendas. “Los vecinos están socorriendo a las personas”, escribió el periodista independiente Adelth Bonne en su perfil de Facebook, acompañado de imágenes que muestran la magnitud del desastre.

Las autoridades meteorológicas han advertido que las lluvias podrían continuar transitando por la isla durante toda la semana. 

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