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El 'Costco cubano' confiscado: Frank Cuspinera denuncia torturas y fraude judicial desde la cárcel en Cuba

Redacción de CubitaNOW ~ jueves 29 de mayo de 2025

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El empresario cubanoamericano Frank Cuspinera, fundador del supermercado Diplomarket —conocido como el “Costco cubano”—, ha roto su silencio tras casi un año desaparecido en las cárceles del régimen cubano. A través de una carta manuscrita, firmada desde prisión el 21 de mayo y difundida inicialmente por el influencer Alexander Otaola, Cuspinera denuncia haber sido víctima de torturas, manipulación judicial y una maquinaria represiva diseñada para despojarlo de sus bienes. La autenticidad de la misiva fue posteriormente verificada por el medio independiente 14ymedio, con declaraciones de un familiar cercano.

Cuspinera fue arrestado el 20 de junio de 2024, sin que desde entonces se conociera su paradero ni detalles claros sobre su situación legal. Ahora, desde una celda, afirma haber sido blanco de una operación del régimen para castigar su independencia empresarial y su éxito fuera del control estatal.

En su carta, dirigida a la comunidad internacional, a organismos de derechos humanos y al Departamento de Estado de EE.UU., Cuspinera asegura que todo el proceso ha sido una farsa judicial: “Me acusaron sin derecho a defensa, fabricaron pruebas y me aislaron desde el primer momento. Han bloqueado sistemáticamente mi acceso a la justicia”. Asegura que tanto la Fiscalía como su abogado actuaron coludidos con la Seguridad del Estado para despojarlo de bienes valorados en millones de dólares.

El empresario ha anunciado una huelga de hambre a partir del 1 de junio de 2025, en protesta por las violaciones a sus derechos y como reclamo para que se le permita defenderse con garantías. “No busco evadir la justicia, sino demostrar mi inocencia”, afirma, mientras denuncia a funcionarios específicos implicados en su encierro arbitrario.

Este caso pone en evidencia, una vez más, el alto riesgo que representa invertir en un país gobernado por un régimen autoritario sin garantías legales ni transparencia. A diferencia de economías regidas por el estado de derecho, en Cuba los inversionistas extranjeros —sobre todo si no están alineados con los intereses del Partido Comunista— pueden perderlo todo de la noche a la mañana, sin derecho a reclamo.

La historia de Frank Cuspinera es una advertencia clara: en una dictadura, la iniciativa privada no es bienvenida si no se subordina al poder político. Invertir en Cuba es, en muchos casos, una sentencia financiera segura. Como bien señalan observadores críticos del sistema cubano, quien decida poner su dinero en la isla debe saber que el “éxito” solo se consigue si se renuncia a la independencia. De lo contrario, el destino puede ser el mismo que hoy enfrenta Cuspinera: cárcel, silencio y el despojo total.




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