Un reciente estudio del Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH) revela que el 89% de la población cubana vive en condiciones de extrema pobreza. Según el informe, el 72% de los encuestados considera que la crisis alimentaria es el principal problema, y siete de cada diez cubanos han dejado de desayunar, almorzar o cenar debido a la falta de dinero o escasez de alimentos.

En el cielo del distrito de El Vedado en La Habana, el Hotel Torre K, una construcción del grupo hotelero Gaviota, destaca como un símbolo de la contradicción en la isla. Este hotel de 154 metros de altura y 42 pisos, cuya construcción comenzó en 2018, ha generado controversia por obstruir las vistas de los residentes y ser visto como un gasto innecesario en medio de la pobreza generalizada. La reciente noticia de su pronta apertura ha intensificado el debate sobre la justificación de tales proyectos en un país donde la mayoría de la población sufre carencias básicas.

El estudio del OCDH, basado en más de 1,000 entrevistas realizadas en 78 municipios, indica que el 86% de los hogares cubanos viven "al margen de la supervivencia", y el 61% no tiene suficiente para comprar lo imprescindible. Alejandro González Raga, director ejecutivo del OCDH, afirmó que estos datos cuestionan el llamado "pacto social" en Cuba, donde los ciudadanos han renunciado a sus derechos civiles y políticos a cambio de derechos sociales, laborales y culturales.

Los datos muestran que solo el 15% de los cubanos logra realizar tres comidas al día de manera regular. Los mayores de 70 años son el grupo más afectado en términos de acceso a alimentos. Además de la crisis alimentaria, los problemas que más preocupan a los cubanos son los apagones, el alto costo de vida exacerbado por una inflación de hasta tres dígitos, los bajos salarios, la corrupción y el deterioro del sistema de salud pública. El 38% de los ancianos no pudo obtener medicamentos, principalmente debido a los costos y la escasez.

El informe también destaca la dependencia de las remesas para la supervivencia. Aquellos que reciben remesas desde el exterior pueden acceder a productos básicos en tiendas no estatales, mientras que el 61% de los que no reciben remesas viven en las peores condiciones. Entre estos, la mayoría son cubanos negros, desempleados y presos.

El estudio subraya el descontento generalizado con el gobierno. El 91% de los encuestados desaprueba la gestión económica y social del gobierno, mientras que solo el 4% la considera favorable. Un 3% cree que el actual modelo cubano debe ser la referencia para el desarrollo futuro.

Este nivel de precariedad ha obligado al gobierno cubano a solicitar ayuda internacional. A principios de año, las autoridades pidieron asistencia urgente al Programa Mundial de Alimentos para proporcionar leche a niños menores de siete años. Además, en 2023, Cuba fue calificada como el país más pobre de América Latina, superando a Venezuela y Honduras.

La crisis económica ha provocado el mayor éxodo de la historia cubana en los últimos tres años. Según estimaciones del antropólogo y economista cubano Juan Carlos Albizu-Campos, la población cubana ha disminuido un 18%, quedando solo 8.62 millones de personas en la isla, mientras el resto ha emigrado en busca de mejores condiciones de vida.

El estudio del OCDH proporciona una visión alarmante de la situación en Cuba, destacando la urgente necesidad de medidas efectivas para abordar la pobreza y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

(Con información del diario español "El País")

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