El 26 de noviembre, un vuelo procedente de Estados Unidos aterrizó en el Aeropuerto Internacional José Martí, llevando a 24 migrantes irregulares cubanos, incluida una mujer. Este regreso forma parte de las políticas de devolución implementadas por el gobierno estadounidense, que busca frenar el flujo migratorio irregular hacia su territorio.

El día anterior, el Servicio de Guardacostas de EE. UU. había realizado una operación similar, retornando a otras cuatro personas por el puerto de Orozco, ubicado en Bahía Honda, Artemisa, en Cuba. Estas devoluciones son parte de un esfuerzo más amplio de los Estados Unidos para controlar la inmigración irregular desde la isla, que se ha intensificado en los últimos años.

Con estas dos acciones, el total de devoluciones realizadas en 2024 asciende a 87 desde varios países de la región, lo que eleva el número total de migrantes devueltos a 1,255 personas este año. Estas cifras reflejan un aumento en la implementación de medidas para controlar el flujo migratorio ilegal hacia EE. UU., especialmente desde Cuba, donde las crisis económicas y políticas han impulsado a miles a buscar una mejor vida en el norte.

El regreso de migrantes a Cuba ha sido un tema de debate tanto en la isla como en Estados Unidos, ya que los cubanos que son devueltos enfrentan una situación delicada al llegar, debido a las tensiones sociales y políticas que atraviesa el país. Por otro lado, el gobierno estadounidense ha afirmado que estas devoluciones son necesarias para disuadir la migración irregular, la cual se ha incrementado en los últimos años, afectando la seguridad fronteriza y los recursos disponibles para los migrantes.

Las autoridades cubanas, por su parte, han hecho públicas sus críticas a las políticas de inmigración de EE. UU., especialmente en lo que respecta al trato de los migrantes y la manera en que se realizan las devoluciones. La situación ha llevado a que diversos organismos internacionales y defensores de los derechos humanos pidan un enfoque más humanitario en los procesos de repatriación y en el trato de los migrantes cubanos.

Estas recientes devoluciones refuerzan las medidas adoptadas por el gobierno de Estados Unidos para enfrentar la migración irregular y el contrabando de personas, así como para promover la seguridad en sus fronteras. Sin embargo, este tema continúa siendo un desafío tanto para EE. UU. como para Cuba, que enfrenta las consecuencias de la migración masiva.

En el contexto de una migración continua hacia el norte, se espera que las políticas de devolución sigan siendo un tema central en la relación entre ambos países, mientras que los cubanos continúan buscando una salida ante la situación interna que enfrenta la isla.

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