La supuesta relación entre Tom Cruise y Ana de Armas está generando cada vez más titulares y rumores en la prensa internacional. Lo que comenzó como encuentros discretos en cenas privadas, viajes en helicóptero y apariciones en fiestas VIP, como el reciente cumpleaños de David Beckham, se ha convertido en un tema de debate constante.

Según una exclusiva publicada por la revista Cuore, el actor estadounidense habría puesto sobre la mesa una serie de estrictas condiciones para que la relación con la actriz cubana pueda funcionar.

La más sorprendente de todas es la prohibición de mencionar a su hija, Suri Cruise. De acuerdo con Cuore, fuentes cercanas al protagonista de Misión Imposible aseguran que “no se puede hablar de Suri en su presencia”, ya que ese capítulo de su vida sigue siendo una herida abierta.

El actor, de 62 años, no mantiene contacto público con su hija desde 2012, tras su sonado divorcio de Katie Holmes.

Hoy, Suri que ya tiene 19 años ha optado por llevar el apellido “Noelle”, proveniente de su madre, y ha construido una vida independiente en Nueva York, alejada del foco mediático y también de la influencia de la Cienciología, religión que su padre profesa.

Mientras tanto, Cruise estaría obsesionado con la idea de tener otro hijo, esta vez con Ana de Armas, como una forma de “compensar” la distancia y el fracaso en la relación con Suri.

A este veto absoluto se le suman otras reglas de comunicación en pareja.

Según las fuentes citadas, Cruise es “encantador, generoso e intenso, pero también extremadamente cuadriculado”, y suele establecer qué temas pueden o no tocarse.

El romance con Ana de Armas ha ido tomando fuerza en los últimos meses.

Desde cenas en Londres hasta apariciones conjuntas en eventos privados, los dos han sido vistos juntos en varias ocasiones. Aunque inicialmente se creyó que solo existía un vínculo profesional, las constantes coincidencias han alimentado las sospechas de que entre ellos hay algo más que amistad o trabajo.

Ana, que actualmente promociona su nueva película Ballerina y participa en otros proyectos internacionales, no ha confirmado ni desmentido públicamente la relación. Lo que sí ha hecho es elogiar a Cruise, a quien describió como “increíble”.

De su última relación, con Miguel Anido Cuesta —hijastro del presidente cubano Miguel Díaz-Canel—, ya no se ha sabido nada.

Según Cuore, los amigos cercanos a la actriz cubana estarían preocupados por la rapidez con la que su vínculo con Cruise ha evolucionado.

En apenas tres meses pasaron de cenas puntuales a viajes compartidos y a ser vistos entrando juntos en fiestas exclusivas. “Parece que Tom busca un nuevo comienzo en su vida personal y quiere formar una nueva familia, pero Ana sigue enfocada en su carrera”, apunta la publicación.

Lo cierto es que la historia entre ambos sigue rodeada de misterio, rumores y una buena dosis de polémica. Si se confirma o no esta relación, será algo que el tiempo y la exposición pública terminen revelando.

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