Ya está confirmado que Estados Unidos ha desplegado diez cazas furtivos F‑35 en Puerto Rico como parte de una operación militar ampliada en el Caribe destinada a combatir el narcotráfico, en medio de una creciente tensión con el gobierno de Nicolás Maduro.

La decisión se produce luego de que dos aeronaves militares venezolanas sobrevolaran a baja altura el destructor estadounidense USS Jason Dunham, durante una misión antidrogas. El Pentágono calificó esta maniobra como “altamente provocadora”.

En respuesta, el presidente Donald Trump declaró públicamente que cualquier aeronave venezolana que represente una amenaza para buques estadounidenses será derribada, autorizando a los capitanes en el terreno a tomar decisiones inmediatas si perciben peligro. Además, Trump estaría evaluando posibles ataques directos contra instalaciones de carteles dentro del territorio venezolano, según reportes de CNN citados por Reuters, lo que podría marcar un giro decisivo en la estrategia militar de Washington en la región. Mientras tanto, Venezuela ha denunciado estas acciones como provocaciones y violaciones a su soberanía, incrementando el riesgo de enfrentamientos directos. La situación mantiene en alerta a las fuerzas militares desplegadas en el Caribe y ha captado la atención de la comunidad internacional por el potencial escalamiento del conflicto.

Agencias de prensa y medios de todo el mundo como Reuters, CNN, Infobae, New York Post, El Guardián, entre otros se han hecho eco de esta tensa situación en la región que incluye a Estados Unidos y Venezuela; o sea, Trump contra el narcotráfico y Maduro, defendiendo su dictadura.

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