El Departamento de Defensa de Estados Unidos confirmó este miércoles un nuevo ataque contra una embarcación sospechosa de traficar drogas en el océano Pacífico, que dejó un saldo de cuatro personas muertas. La operación, autorizada directamente por el presidente Donald Trump, forma parte de la ofensiva militar que su administración ha emprendido contra organizaciones criminales acusadas de narcoterrorismo.

El secretario de Defensa, Pete Hegseth, informó que el ataque fue realizado por fuerzas del Comando Sur en aguas internacionales del Pacífico oriental. “Hoy temprano, por orden del presidente Trump, el Departamento de Guerra llevó a cabo un ataque cinético letal contra otro buque de narcotráfico operado por una Organización Terrorista Designada (OTD)”, señaló el funcionario en un comunicado oficial.

Hegseth aseguró que la embarcación “era conocida por nuestros servicios de inteligencia por su participación en el contrabando ilícito de estupefacientes y transitaba por una ruta identificada como corredor del narcotráfico”. Según el reporte, los cuatro tripulantes, todos hombres, fallecieron durante la ofensiva, mientras que ninguna baja se registró entre las fuerzas estadounidenses.

“El hemisferio occidental ya no será un refugio seguro para los narcoterroristas que introducen drogas en nuestras costas para envenenar a los estadounidenses”, subrayó Hegseth, advirtiendo que el Departamento de Guerra continuará “eliminando a estas amenazas dondequiera que operen”.

Este nuevo ataque se produce apenas un día después de que otras operaciones similares en el Pacífico oriental dejaran más de una docena de muertos a bordo de cuatro embarcaciones presuntamente dedicadas al narcotráfico. Con esta nueva acción, ya son más de doce los barcos destruidos desde el inicio de la campaña militar estadounidense, que se ha extendido por el Caribe y las costas de América Central y del Sur.

La estrategia de Trump ha sido descrita como una “guerra total contra el narcotráfico” y busca, según la Casa Blanca, “neutralizar las rutas de entrada de drogas y frenar la influencia de grupos criminales con vínculos terroristas”. Sin embargo, organizaciones internacionales y defensores de derechos humanos han expresado preocupación por el creciente número de víctimas y por la falta de transparencia sobre los criterios empleados para autorizar los ataques.

El mandatario estadounidense declaró recientemente que no descarta extender la ofensiva hacia objetivos en tierra firme si se comprueba que están vinculados con redes de narcotráfico. “Si llegamos a identificar bases o instalaciones de estas organizaciones, actuaremos de manera decisiva. Pero si eso ocurre, informaremos al Congreso”, aseguró Trump durante una conferencia en la Casa Blanca.

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