Estados Unidos da un paso sin precedentes en su lucha contra el narcotráfico. El presidente Donald Trump confirmó que su gobierno está preparado para lanzar ataques terrestres contra las organizaciones criminales responsables del tráfico de drogas hacia el país.

“Vamos a golpearlos duro. Tenemos que hacerlo para salvar vidas. Es un problema de seguridad nacional”, aseguró durante una conferencia en la Casa Blanca.

Trump subrayó la gravedad de la crisis: en el último año, más de 300,000 estadounidenses murieron por consumo de drogas. “Estas drogas están llegando y matando a nuestra gente. Si no actuamos ahora, perderemos a cientos de miles más”, advirtió, justificando la ampliación de la ofensiva militar. Según el mandatario, Estados Unidos ya no enfrenta solo amenazas por mar, sino también por tierra, y esta nueva fase buscará neutralizar los corredores terrestres de narcóticos que atraviesan el continente.

El presidente explicó que notificará al Congreso sobre los planes y aseguró que su administración cuenta con la autoridad legal para atacar a los cárteles fuera de las fronteras estadounidenses. La decisión recibió el respaldo del secretario de Estado, Marco Rubio, quien enfatizó que los grupos criminales “viajan en aguas internacionales con hostilidad en mente, inundando a Estados Unidos con drogas mortales y peligrosas”. Rubio detalló además la interceptación reciente de un sumergible utilizado para transportar narcóticos hacia las costas del país, conocido en los informes como un “dragón”.

La amenaza del narcotráfico, según el gobierno estadounidense, ha alcanzado niveles alarmantes. Trump insistió en que la nueva ofensiva se enfocará en “células del narcotráfico” identificadas en el extranjero, y advirtió que se trata de operaciones serias, equivalentes a las acciones previas que ya ejecutaron contra embarcaciones en el Caribe y el Pacífico oriental. Solo en las últimas semanas, ataques aéreos y marítimos dejaron varios muertos y múltiples operaciones clasificadas como cinéticas por el Departamento de Guerra.

Analistas advierten que la decisión de iniciar ataques terrestres representa un giro drástico en la estrategia antidrogas de Estados Unidos y podría generar tensiones en países de la región, especialmente en Colombia y Venezuela, donde se encuentran algunos de los principales corredores de drogas hacia el norte.

La administración Trump sostiene que estas medidas buscan proteger vidas y frenar la expansión de drogas que califican como “mortales y peligrosas”.

Con esta declaración, EE.UU. no solo refuerza su postura militar contra el narcotráfico, sino que envía una señal clara de que su lucha contra las drogas ahora será integral: por mar y por tierra, con el objetivo de desmantelar las redes criminales antes de que sigan cobrando más vidas en el país.

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