Dwayne “The Rock” Johnson sacudió al mundo del cine al presentarse en el Festival de Cine de Venecia con un aspecto radicalmente diferente. El ícono musculoso ahora lucía notablemente más delgado: perdió aproximadamente 27 kilos (60 libras) para interpretar al legendario luchador de MMA Mark Kerr en el biopic The Smashing Machine, dirigido por Benny Safdie

La transformación fue tan drástica que, incluso con prótesis faciales, peluca y maquillaje intensivo, el público apenas lo reconoció.

En la alfombra roja del festival y durante la presentación oficial, su físico esbelto y rostro anguloso generaron reacciones virales, con comentarios como “The Pebble” (“La Piedra Pequeña”) que contrastan con su apodo histórico “The Rock”

Pero el cambio no solo fue físico. Al terminar la proyección, Johnson fue testigo de una ovación de pie que se prolongó por 15 minutos, emotivo momento que lo llevó a las lágrimas junto al director y la coestrella Emily Blunt l propio Mark Kerr estaba presente y también estaba conmovido

El actor explicó que esta transformación era el proyecto más desafiante y significativo de su carrera: “He tenido miedo de profundizar, de mostrarme crudo y vulnerable… pero esta era la oportunidad que necesitaba,” afirmó en rueda de prensa.

Además, señaló que su cambio no respondía a una presión externa, sino a un deseo genuino de explorar personajes con carga emocional. Aunque no abandona el cine taquillero, quería mostrar una faceta más auténtica y humana

La prensa especializada ya sugiere que esta actuación podría ponerlo en la contienda por un Oscar, comparando el impacto del film con el recibido por Brendan Fraser en La Ballena.

En resumen, Dwayne Johnson no solo sorprendió con su físico cambiado: abrió una nueva etapa en su carrera, una que pisa firme en el drama serio y la credibilidad actoral.

The Smashing Machine no solo redefine su imagen, sino también sus ambiciones como artista.

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