En el cierre de la cumbre de la OTAN celebrada en La Haya, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dirigió un contundente mensaje a España por su negativa a adherirse al nuevo objetivo de gasto militar propuesto por la organización: alcanzar el 5% del PIB.

“España es el único país que no va a pagar. Vamos a negociar un acuerdo comercial y les haremos pagar el doble”, declaró Trump en una rueda de prensa. La amenaza ha generado un inmediato revuelo diplomático, ya que se trata de una represalia explícita por parte del mandatario estadounidense a una decisión soberana del Gobierno español.

Trump, que hasta ese momento había evitado mencionar directamente a España durante el desarrollo de la cumbre, expresó su frustración al considerar que la economía española marcha “muy bien” pero que, a su juicio, no contribuye de manera equitativa a la seguridad común.

“No entiendo cuál es el problema. España va por libre, pero voy a conseguir que paguen, porque es injusto”, afirmó.

El líder republicano también dijo que negociará directamente con el Ejecutivo de Pedro Sánchez, dejando de lado cualquier vía multilateral. “Les haremos pagar el doble. Lo digo en serio. Me gusta España, pero esto no se puede permitir”, concluyó Trump, en un tono inusualmente agresivo para una alianza militar entre países socios.

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió con firmeza la postura española. En declaraciones previas a las amenazas de Trump, Sánchez recordó que España mantiene su compromiso con la OTAN y destacó que el objetivo de alcanzar el 2% del PIB en gasto militar es “realista y compatible con el estado del bienestar”. Además, remarcó que España tiene cerca de 3.000 efectivos desplegados en misiones de la Alianza, lo que representa un compromiso operativo importante.

“Nuestro compromiso está reflejado en los presupuestos y en la acción real. No son palabras vacías”, subrayó Sánchez. La negativa a subir al 5% se justifica, según el Ejecutivo, en la necesidad de equilibrar la inversión en defensa con las prioridades sociales internas.

No obstante, el tono empleado por Trump ha encendido las alarmas en el seno del Gobierno español, ante el temor de que Washington adopte represalias económicas que puedan afectar negativamente las relaciones bilaterales y el comercio exterior.

La tensión queda instalada, y el futuro de la cooperación transatlántica con España queda ahora en entredicho.

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