Finalmente, después de varios días, la madre de Thiago, el niño cubano de dos años que llegó a

Miami gracias a una visa humanitaria, en busca de un tratamiento para un tumor cerebral, pudo sostenerlo y acariciarlo entre sus brazos.

La buena noticia es que, tras dos cirugías, la doctora le confirmó a la familia que el tumor pudo ser extirpado.

Por su parte, Janett Jalil, familia del niño, dijo que ella hasta donde puede ver, confirma que se removió, “pero hay que seguir esperando resultados de pruebas que se le han hecho para decir: si, ya no está ahí. Y prever también para el futuro, que esto no vuelva a suceder”.

Según explica Telemundo, en la isla, “las esperanzas de vida para Thiago eran muy escasas. El tumor estaba localizado en una zona muy difícil de acceder sin tecnología. La primera operación, el viernes, duró 14 horas, la del lunes 7”.

“Vienen momentos duros aún, la oncología, la rehabilitación, pero el hecho de haber llegado hasta aquí es un milagro”, dijo Jalil.

Por su parte, el niño todavía está bajo cuidados intensivos, “mientras desde Cuba, a través de videollamadas, su papá se ha mantenido al tanto de todo el proceso”.

“En la distancia es bastante duro realmente, pero tuvo que ser así para que recibiera toda la atención”, señala Alberto Rodríguez, papá de Thiago.

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