El Doctor Alexander Raúl Pupo ha recordado en sus redes sociales que lleva más de un año sin ejercer como médico, tras ser expulsado por el gobierno de la isla, debido su posición de crítica al régimen.

El joven cubano, era residente de Neurocirugía, y perdió sus estudios y empleo, tras una serie de publicaciones en redes sociales, mostrando la realidad del sistema de Salud en la mayor de las Antillas.

El Doctor Alexander Raúl, se volvió incómodo para el gobierno y la forma de callarlo fue quitándole lo que tanto ama y respeta: su profesión, o la oportunidad de ejercerla sin condiciones.

“Hace un año que mi bata reposa tranquila en el armario, esperando por una nueva Cuba o que algún hospital le dé asilo a un médico sin ataduras políticas. Hace un año de mi separación laboral, un año donde cada día añoro poder ejercer nuevamente en una Cuba mejor”, escribió en Twitter, dejando una etiqueta que llena de emoción a cualquiera: #MiBataEsMiVida.

Hace un año que mi bata reposa tranquila en el armario, esperando por una nueva Cuba o que algún hospital le de asilo a un médico sin ataduras políticas. Hace un año de mi separación laboral, un año donde cada día añoro poder ejercer nuevamente en una Cuba mejor. #MiBataEsMiVida pic.twitter.com/ECghFYVaIB

— Dr Alexander Raúl (@DrPupoCasas) September 28, 2021

Este valiente cubano, no ha dejado de denunciar la situación crítica de los ciudadanos en la isla, ni las abrumadoras fallas del sistema de Salud Pública, incluso contó cómo luchó contra el coronavirus en su propia casa, por miedo a las represalias del régimen.

Así comenzaba su relato:

Desde que comenzó la pandemia sabía que en algún momento me tocaría enfermar. Desgraciadamente siempre supe que este desgobierno sería incapaz de contener y controlar el avance del virus por lo cual no era una cuestión de si me contagiaría sino de cuándo.

Para mayor desgracia desde hace algún tiempo sé que para mí entrar a un hospital y someterme a un tratamiento o a cualquier procedimiento médico conlleva un riesgo alto, que en mi caso particular estoy dispuesto a evitar lo más que se pueda.

Jamás dudaría de las buenas intenciones de mis colegas, pero sé las cosas que pueden ocurrir a puertas cerradas y con la presión adecuada. Por todo esto había decidido desde mucho antes, que de contraer el virus pasaría mi enfermedad en casa y tomaría mis propios riesgos.

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