Dictadora cubana maquilla el fracaso energético como 'hazaña': la planta de Cienfuegos vuelve tarde y mal
Redacción de CubitaNOW ~ sábado 3 de mayo de 2025

El régimen cubano ha vuelto a recurrir a su manual propagandístico habitual: presentar como triunfo lo que en cualquier parte del mundo se reconocería como un fracaso rotundo. La reciente sincronización de la unidad 3 de la Central Termoeléctrica “Carlos Manuel de Céspedes” de Cienfuegos al Sistema Eléctrico Nacional (SEN), celebrada por los medios oficialistas como una “victoria técnica”, no es más que la culminación tardía de una reparación que debió completarse semanas antes. Este nuevo episodio revela con crudeza la profunda desconexión entre el discurso del poder y la penosa realidad que vive la población.
La planta estuvo fuera de servicio durante seis meses, producto de una avería agravada por un incendio en enero. Aunque las autoridades se comprometieron a reincorporar la unidad en la primera quincena de abril, la sincronización no ocurrió hasta el 2 de mayo.
En lugar de asumir públicamente el retraso, la Unión Eléctrica (UNE) y el aparato mediático estatal optaron por escenificar una ceremonia de épica revolucionaria, exaltando el “sacrificio obrero” y ocultando deliberadamente la cadena de errores técnicos y organizativos que prolongaron la crisis.
Las imágenes transmitidas por el Noticiero Nacional de Televisión mostraron un ambiente de euforia en la sala de control de la planta, con un guión cuidadosamente construido para convertir la reparación tardía en un acto heroico.
Se habló de “esfuerzo colectivo” y de una supuesta “resistencia”, pero se omitieron los verdaderos motivos del retraso: negligencia, falta de recursos, y una infraestructura energética en ruinas, víctima de décadas de mala planificación y centralismo improductivo.
Este patrón de disfrazar los fracasos como conquistas no es nuevo. Ya es práctica habitual del régimen convertir cada incumplimiento en una narrativa de superación. La realidad, sin embargo, es muy distinta. Mientras los voceros del poder celebran, los ciudadanos enfrentan apagones diarios, falta de información y una total ausencia de rendición de cuentas.
Resulta insultante que, en medio de una crisis energética crónica, el gobierno pretenda vender como “logro” la recuperación parcial de una sola unidad generadora. Más aún, cuando países con sistemas eléctricos mucho más complejos, como España, han demostrado capacidad para resolver apagones masivos en cuestión de horas, mientras en Cuba el restablecimiento de una sola planta toma medio año.
La reactivación de la termoeléctrica cienfueguera no representa una solución real, sino un nuevo parche sobre una estructura colapsada. Las causas de fondo —obsolescencia, corrupción, desinversión— permanecen intactas. Y la población, como siempre, paga el precio de la incompetencia con su calidad de vida.
El caso de Cienfuegos no es una excepción, sino un síntoma más del deterioro sistémico del modelo cubano. Celebrar como éxito lo que en verdad es una muestra de decadencia operativa no solo es un insulto a la inteligencia del pueblo, sino un reflejo de la desesperación de un régimen incapaz de garantizar los servicios más básicos.