Díaz-Canel desata su ira por el Nobel de la Paz a María Corina Machado y defiende a su aliado Maduro
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 10 de octubre de 2025

El dictador cubano Miguel Díaz-Canel volvió a mostrar su rostro más intolerante y cínico este viernes, tras conocerse que el Premio Nobel de la Paz 2025 fue concedido a la opositora venezolana María Corina Machado, una de las voces más firmes en la lucha por la democracia y los derechos humanos en Venezuela.
A través de su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter), Díaz-Canel arremetió con furia contra el Comité Noruego del Nobel, acusándolo de “politización, parcialización y desprestigio”. Según el mandatario cubano, el reconocimiento a Machado es “vergonzoso” y responde a una “maniobra política” que busca —según él— “minar el liderazgo bolivariano encabezado por el presidente legítimo, Nicolás Maduro Moros”.
La declaración no sorprende, pero sí indigna. Resulta grotesco que un dirigente que encabeza una de las dictaduras más longevas y represivas del hemisferio occidental, y que ha arruinado a un país entero, se atreva a cuestionar la legitimidad de una institución que por décadas ha reconocido a verdaderos símbolos de paz y libertad.
Más irónico aún es su defensa de Nicolás Maduro, el heredero del chavismo que ha convertido a Venezuela en un país devastado por la miseria, la represión y el éxodo masivo. Llamarlo “presidente legítimo” no solo evidencia la complicidad entre ambos regímenes, sino también la desesperación de Díaz-Canel ante cualquier avance democrático que cuestione la hegemonía de las dictaduras en la región.
Mientras Díaz-Canel y Maduro se escudan mutuamente, millones de ciudadanos en Cuba y Venezuela padecen las consecuencias de sus políticas fallidas: hambre, censura, apagones, inflación descontrolada y un deterioro institucional sin precedentes. Ambos regímenes se sostienen sobre la represión, el miedo y la persecución de voces disidentes.
En contraste, el reconocimiento a María Corina Machado representa un soplo de esperanza para los pueblos oprimidos. La líder venezolana ha enfrentado con valentía años de acoso, amenazas, inhabilitaciones y campañas de descrédito orquestadas por el chavismo. Sin embargo, su compromiso con el cambio pacífico, la justicia y la reconstrucción democrática de su país la han convertido en un símbolo continental de resistencia.
El Comité Noruego del Nobel de la Paz justificó su decisión reconociendo el papel de Machado como “una defensora incansable de la democracia frente a un régimen autoritario”, y como una figura inspiradora para millones de mujeres en América Latina que luchan contra la opresión política.
Mientras tanto, desde La Habana, Díaz-Canel repite el mismo guion que lo ha acompañado durante años: atacar, desacreditar y victimizar a sus aliados políticos, aunque estos sean responsables de la ruina de sus pueblos. Sus declaraciones no son más que la expresión del miedo de los dictadores ante la posibilidad de que los pueblos recuperen su libertad.
En Venezuela, la dictadura de Maduro ha destruido la economía más rica del continente, provocando la migración de más de ocho millones de personas, según cifras internacionales. En Cuba, el régimen de Díaz-Canel ha llevado al país a una de las peores crisis de su historia reciente, con una inflación desbordada, escasez crónica de alimentos, y un creciente descontento popular.
La reacción del mandatario cubano, lejos de desacreditar a María Corina Machado, refuerza la importancia de su lucha. Cada palabra de odio pronunciada por un dictador es, en realidad, una medalla más para quienes defienden la libertad.
En el fondo, lo que irrita a Díaz-Canel y a su homólogo venezolano no es el premio en sí, sino lo que simboliza: el reconocimiento internacional de que los pueblos de Cuba y Venezuela merecen vivir sin miedo, con derechos y en democracia.
