Con profundo dolor y bajo una estricta vigilancia, familiares y vecinos despidieron este lunes en Manacas, municipio de Santo Domingo, en Villa Clara, a Yan Carlos Gonzales, preso político, encarcelado injustamente y fallecido recientemente mientras se encontraba bajo custodia del sistema penitenciario cubano, según informo el opositor y activista Armando Caos desde su perfil de facebook.

Gonzales, de 35 años, cumplía condena por cargos asociados a su activismo opositor.

Diversas organizaciones de derechos humanos dentro y fuera de Cuba han denunciado durante años el deterioro de su salud y las condiciones precarias en las que se encontraba recluido.

El velorio y posterior entierro se realizaron en medio de un ambiente tenso, según informaron testigos cercanos al hecho.

A pesar del dolor, los presentes lo despidieron con respeto y determinación, repitiendo la frase “la noche no será eterna”, que resonó entre los asistentes como mensaje de esperanza y resistencia.

Familiares han señalado que Gonzales había denunciado en reiteradas ocasiones malos tratos, desatención médica y represalias por su postura política.

Según su entorno más cercano, su fallecimiento se produjo como resultado de una prolongada negligencia en el tratamiento de una afección crónica, agravada por las condiciones carcelarias.

Organizaciones como Prisoners Defenders y el Observatorio Cubano de Derechos Humanos han condenado su muerte y exigido una investigación independiente sobre las circunstancias que la rodean. “La muerte de Yan Carlos no puede ser tratada como un hecho aislado.

Se inscribe dentro de un patrón preocupante de desprotección a los presos de conciencia en Cuba”, indicó uno de los comunicados.

El caso de Gonzales se suma a una lista de reclusos con perfil político que han muerto en custodia en los últimos años, lo que ha generado creciente preocupación entre defensores de derechos humanos.

Según datos recopilados por ONG, los casos de fallecimientos en prisión por causas médicas no atendidas van en aumento.

Durante el sepelio, amigos y vecinos expresaron su solidaridad con la familia, y aunque el acto fue discreto, el mensaje fue claro: “Su voz no se apaga, su lucha continúa”. Las redes sociales también se hicieron eco del hecho, con múltiples mensajes exigiendo justicia y recordando el compromiso cívico de Gonzales.

El entierro de Yan Carlos Gonzales no solo marca el fin de una vida, sino que también reaviva el reclamo por la dignidad y los derechos de quienes se encuentran privados de libertad por razones de conciencia en Cuba.

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