Desinformación a lo cubano: Gerardo Hernández fabrica un bulo y celebra una deportación como si fuera un gol político
Redacción de CubitaNOW ~ viernes 27 de junio de 2025

En una era donde las redes sociales se han convertido en una arena de combate entre ideologías, identidades y verdades alternativas, el caso más reciente protagonizado por el exespía cubano Gerardo Hernández Nordelo merece atención no solo por el calibre de la falsedad difundida, sino por el componente moralmente reprobable que la acompaña.
El actual coordinador nacional de los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) –organización vigilante de la vida cotidiana de los cubanos, herencia directa del control ciudadano– se sumó al coro de los desinformadores con una publicación en su cuenta oficial en X (antes Twitter), burlándose del dolor de una mujer cubana en Estados Unidos, a partir de un montaje completamente falso.
La escena fue grotesca: Gerardo Hernández publicó una imagen compuesta de dos fragmentos de video sin relación entre sí. El primero, el conocido clip del grupo "Los 3 de La Habana", músicos cubanos residentes en Miami que apoyaron abiertamente la campaña de Donald Trump en 2020.
El segundo, una mujer llorando desesperadamente tras la detención de su esposo por parte de agentes del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE). Hernández adjuntó un comentario burlón: "Así cantaba ella en la campaña de Donald Trump, y ahora…", como si la tragedia personal de la mujer fuera una suerte de castigo divino o consecuencia política por haberse alineado con la derecha estadounidense.
El problema es que la publicación es rotundamente falsa. Ni la mujer del video es la vocalista del grupo, ni existe ninguna relación entre ella y el apoyo político a Trump. De hecho, la persona que aparece llorando no es otra que Janet Correa, una cubana que reside legalmente en Estados Unidos y cuyo esposo fue arrestado por razones migratorias no reveladas públicamente.
El grupo musical mencionado, "Los 3 de La Habana", ha desmentido en repetidas ocasiones haber estado vinculado a situaciones como las que describe la publicación de Hernández.
Lo más grave no es solo la mentira en sí, sino la intencionalidad detrás de ella.
El exespía convirtió el sufrimiento humano en un arma política, usando la manipulación como herramienta para reforzar su narrativa de desprecio hacia los cubanos que viven en libertad y que optan por ejercerla.
En este caso, la mujer no solo fue mal identificada, sino que su dolor fue instrumentalizado de forma vil para escenificar una venganza ideológica. El régimen cubano, a través de uno de sus rostros más conocidos, intentó mostrar una lección moral en la cual apoyar al “enemigo” –en este caso Trump o, en general, Estados Unidos– conlleva consecuencias dolorosas. Lo paradójico es que la lección solo tiene sentido en un universo paralelo donde los hechos son opcionales.
La publicación fue rápidamente viralizada entre cuentas afines al oficialismo cubano, muchas de ellas sin verificar y otras administradas por colectivos de propaganda digital del régimen, conocidos como "cibercombatientes".
La comunidad cubana en el exilio no tardó en reaccionar. Artistas como Yotuel Romero, escritores como Carlos Manuel Álvarez y periodistas como Yoani Sánchez denunciaron la publicación como un acto de cobardía y cinismo.
Varias cuentas influyentes exigieron que Hernández eliminara la publicación y ofreciera disculpas, pero al cierre de este artículo, ni una cosa ni la otra había ocurrido. Por el contrario, la cuenta del exespía mantuvo su contenido sin retractarse, reafirmando así el patrón de desinformación sistemática que practica.