La página La Nueva Cuba ha compartido un testimonio estremecedor que merece ser difundido con urgencia. Un joven cubano fue ingresado en un hospital psiquiátrico en buen estado físico, pero su aspecto actual revela un deterioro extremo: desnutrido, irreconocible, convertido en lo que muchos describen como "un cadáver andante".

La publicación sugiere que los hospitales psiquiátricos en Cuba podrían estar funcionando más como máquinas de moler cuerpos y almas, que como espacios dedicados al cuidado de la salud mental.

Este caso plantea preguntas serias sobre el trato que reciben los pacientes en estos centros. Según la denuncia de La Nueva Cuba, no se trata de una situación aislada. Numerosos informes apuntan a condiciones infrahumanas, abandono médico, malnutrición, ausencia de medicamentos, violencia institucional y total impunidad. En lugar de ser lugares de tratamiento, estos hospitales parecen haberse convertido en espacios donde se pierde la dignidad humana.

"No se puede mirar este caso sin sentir horror: ¿cómo puede un sistema de salud permitir que un joven sano termine en este estado deplorable?" Es una pregunta que miles de cubanos se hacen hoy, al ver las imágenes y leer el testimonio difundido. No es solo un problema médico: es una crisis de derechos humanos.

El periodista opositor Yosmany Mayeta también se ha acercado a este horror al denunciar el horror que se vive en el Hospital Psiquiátrico "Gustavo Machín", Jagüa en Santiago de Cuba. Mayeta expone el grave deterioro físico de los pacientes, muchos de los cuales ingresan físicamente aptos y salen convertidos en "muertos vivientes".

"Los hospitales deben sanar, no destruir. Si una persona entra por sus propios medios y termina así, algo muy grave está ocurriendo", clara denuncia de Mayeta y la publicación de La Nueva Cuba. Se necesita visibilidad internacional, presión ciudadana y justicia para los afectados.

Compartir esta denuncia es un acto de solidaridad. Es urgente exigir cambios estructurales en el sistema de salud mental en Cuba. Nadie debería ser condenado al olvido, al maltrato o al abandono por el simple hecho de buscar ayuda.

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