El gobernante cubano Miguel Díaz-Canel envió un mensaje a los países afectados por el huracán Beryl, ofreciendo ayuda y solidaridad en estos momentos difíciles.

"Toda la solidaridad con nuestros hermanos del Caribe, que sufren el paso del potente huracán Beryl. Cuenten con Cuba para lo que necesiten", declaró el mandatario. "Hemos estado en comunicación con nuestros colaboradores, todos están bien y muchos ya se incorporan a seguir prestando servicios", agregó Díaz-Canel.

Sin embargo, el mandatario no especificó en qué consistiría la ayuda que puede ofrecer Cuba, un país que actualmente atraviesa una crisis profunda.

Toda la solidaridad con nuestros hermanos del Caribe, que sufren el paso del potente huracán #Beryl. Cuenten con #Cuba para lo que necesiten.

Hemos estado en comunicación con nuestros colaboradores, todos están bien y muchos ya se incorporan a seguir prestando servicios. pic.twitter.com/WDg1Mp6qXv

— Miguel Díaz-Canel Bermúdez (@DiazCanelB) July 2, 2024

Díaz-Canel también mencionó que el régimen ha mantenido comunicación con sus brigadas médicas desplegadas en varias naciones afectadas, asegurando que todos los "colaboradores" están bien y que muchos ya se están reincorporando a sus labores de asistencia.

La situación en Cuba es crítica. La isla enfrenta una escasez generalizada de alimentos, medicinas y recursos básicos como la electricidad. Las largas colas para adquirir productos esenciales, la falta de medicamentos en los hospitales y los frecuentes apagones son solo algunas de las dificultades diarias que enfrenta la población cubana. 

En este contexto, el mensaje de Díaz-Canel ofreciendo ayuda a otros países resulta irónico y desconcertante. Mientras que la solidaridad internacional es un principio valioso, la capacidad real de Cuba para ofrecer asistencia está seriamente limitada por su propia crisis interna. 

Este gesto también pone en evidencia las prioridades del gobierno cubano, que parece más preocupado por mantener una imagen de liderazgo y solidaridad en el ámbito internacional que por resolver las necesidades urgentes de su propio pueblo. La situación subraya las contradicciones de un sistema socialista que, a pesar de su retórica, ha sido incapaz de garantizar las condiciones básicas de vida para su población.

El mensaje de Díaz-Canel, aunque bien intencionado, resalta la desconexión entre las declaraciones oficiales y la realidad vivida por millones de cubanos.

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