Un derrumbe parcial ocurrido en la mañana de este miércoles en el Hospital Calixto García, de La Habana, vuelve a poner en evidencia el grave deterioro de la infraestructura hospitalaria en Cuba.

El incidente, que tuvo lugar alrededor de las 6:30 a.m. en la entrada de la Sala Clínica Alta, generó momentos de pánico entre pacientes y acompañantes, aunque por fortuna no se reportaron víctimas.

Según reportó Martí Noticias, parte del techo y del piso superior se desplomaron sobre el área donde trabajan las enfermeras, desprendiendo también parte del cielo raso. “Los pacientes estaban durmiendo todavía, la gente se asustó, empezaron a ponerse nerviosos”, relató un testigo del hecho que prefirió mantenerse en el anonimato por temor a represalias.

Otro testimonio asegura que apenas unos minutos antes del derrumbe había pasado una señora por el lugar, lo que evitó una posible tragedia.

Las imágenes compartidas con el medio muestran el techo colapsado y los escombros sobre el suelo, confirmando el mal estado constructivo de la instalación.

“La sala está en muy mal estado, en los baños no hay luz, todo oscuro, tremenda puercada, y en los techos se ven las cabillas y las tuberías”, añadió la fuente.

El suceso refleja el progresivo deterioro de los hospitales cubanos, otrora considerados “modelo del sistema socialista”.

Hoy, sin embargo, se enfrentan a techos que se caen, escasez de insumos, falta de reactivos para diagnósticos y una higiene deficiente.

La crisis sanitaria en Cuba se agrava además con el aumento de casos de dengue, chikungunya y oropouche, enfermedades que han saturado las urgencias médicas.

Muchos ciudadanos, conscientes del riesgo de acudir a hospitales colapsados y carentes de recursos, optan por quedarse en casa y automedicarse.

El derrumbe en el Calixto García no solo simboliza el desplome físico de un edificio histórico, sino también el desplome moral y estructural de un sistema que, durante décadas, el régimen presentó como su mayor logro social.

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