Oscar Pérez-Oliva Fraga, sobrino-nieto de Raúl y Fidel Castro, y actual Viceprimer Ministro y Ministro de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, se ha convertido en un actor central en la estrategia del clan Castro para mantener el control político y económico en la isla.

Su nombramiento en octubre de 2025, que combina ambos cargos, refuerza la concentración de poder familiar y consolida una dinastía que busca asegurar la continuidad del régimen, según analistas y medios internacionales, incluyendo reportes de Martí Noticias.

Pérez-Oliva es hijo de Mirsa Fraga Castro, quien a su vez es hija de Angelita Castro, hermana de Fidel y Raúl Castro. Desde joven, ha estado vinculado a la estructura económica militar del país, con experiencia previa en la Zona Especial de Desarrollo Mariel y en la gestión de inversiones extranjeras. En sus recientes declaraciones, resaltó las oportunidades para invertir en Cuba, destacando la participación en la Feria Internacional de La Habana (FIHAV), las facilidades para el comercio exterior, y los desafíos que enfrenta la economía, incluidos los impactos del bloqueo estadounidense y los daños provocados por huracanes en el oriente del país. “Cuba es hoy un destino viable para invertir”, aseguró Pérez-Oliva.

El ascenso del joven dirigente también ha generado comentarios en redes sociales y entre activistas, quienes señalan que su llegada al poder no es solo por méritos propios, sino una maniobra del clan Castro para garantizar la continuidad de su linaje.

La activista Irma Broek comentó recientemente: “A la Machi se le están acabando los viajes, esto pinta cada vez más que su tío Raúl lo mandó a poner a dedo, ya saben, el nuevo 'Presidente' de Cuba, la continuidad del linaje Castrista mientras la vida del pueblo sigue siendo como la canción de Julio Iglesias”.

Mientras Oscar Pérez-Oliva consolida su rol en el gobierno, sus hijos viven en Estados Unidos desde la infancia, luego de emigrar con su madre a través de México.

Desde allí han expresado públicamente su postura crítica frente al régimen cubano, dejando claro que no apoyan la dictadura y promoviendo mensajes como “¡Patria y Vida!” y “Abajo la dictadura, viva Cuba libre”.

En sus declaraciones en redes sociales, han enfatizado que denunciar las injusticias en Cuba no es política, sino un acto de humanidad, y que Estados Unidos es el lugar donde encontraron libertad y seguridad.

El contraste entre la proyección política de Oscar Pérez-Oliva dentro de la isla y la posición de sus hijos en el extranjero refleja tensiones internas dentro del propio clan y evidencia la complejidad de la continuidad castrista, mientras el país enfrenta desafíos económicos y sociales persistentes. La figura de Pérez-Oliva simboliza tanto la consolidación de un linaje histórico en el poder como las críticas y preocupaciones sobre el futuro político y económico de Cuba.

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