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Denuncian presunto acto de discriminación en la Fábrica de Arte Cubano

Redacción de CubitaNOW ~ martes 30 de diciembre de 2025

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Un presunto acto de discriminación ocurrido el pasado 26 de diciembre en la Fábrica de Arte Cubano (FAC) fue denunciado públicamente por el ciudadano cubano Alejandro Bridón Mesa a través de su perfil de Facebook. En su testimonio, Bridón relató que alrededor de las 10 de la noche acudió junto a otras personas a ese espacio cultural con la intención de celebrar un cumpleaños, en un lugar que —según señala— se presenta como abierto, diverso y plural.

De acuerdo con su relato, el grupo realizó la fila de entrada como cualquier otro visitante. Bridón afirmó que delante de ellos accedieron sin dificultad varias personas, todas extranjeras o blancas. Sin embargo, al llegar su turno, un trabajador de seguridad —a quien describe como un hombre negro— les indicó que no podían entrar, amparándose en el llamado “derecho de admisión”.

Según explicó, al solicitar una razón concreta para la negativa, no recibieron ninguna explicación. El silencio, señala Bridón, fue la única respuesta ante sus preguntas. En su publicación, añadió que en ese mismo momento otra mujer negra también fue impedida de entrar, hasta que aclaró que no era cubana, tras lo cual sí se le permitió el acceso.

Bridón indicó que intentó dialogar con el personal, explicando que el motivo de la visita era la celebración del cumpleaños de Arianna y solicitando, al menos, una justificación clara de la decisión. Sin embargo, aseguró que no obtuvo respuesta alguna. Para él, esta falta de explicaciones convirtió el uso del “derecho de admisión” en un acto arbitrario.

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En su testimonio, Alejandro Bridón Mesa reflexionó sobre el uso de esta figura, que —según expone— en teoría debería servir para proteger la seguridad y el orden en espacios públicos o privados, pero que en la práctica puede convertirse en un mecanismo que legitima la discriminación cuando no existe transparencia ni rendición de cuentas. Ante la ausencia de argumentos, afirmó que la sospecha razonable es que la negativa estuvo relacionada con su condición de persona negra y cubana.

El denunciante subrayó que ambas condiciones forman parte de su identidad y de su orgullo personal. No obstante, consideró que lo ocurrido demuestra cómo, incluso en espacios culturales, se reproducen prácticas que él califica como coloniales y racistas, donde —según su percepción— se privilegia al extranjero y a las personas blancas, mientras se margina al cubano negro.

Bridón sostuvo que este hecho no debe verse como un caso aislado, sino como un síntoma de problemas más profundos en la sociedad cubana. En su mensaje, afirmó que el “derecho de admisión” sin reglas claras ni explicaciones se transforma en un instrumento de exclusión y humillación, perpetuando desigualdades que considera aún no superadas.

También señaló que lo más doloroso de la experiencia no fue únicamente la negación de entrada, sino la forma en que fueron tratados, sin recibir una explicación mínima, lo que interpretó como una negación de su dignidad. En su publicación, enfatizó que el silencio del trabajador de seguridad representa, a su juicio, la reproducción de un sistema de exclusión que afecta incluso a personas que comparten el mismo origen racial.

Finalmente, Bridón explicó que decidió hacer pública su experiencia porque no considera el silencio una opción. Para él, el hecho constituye una denuncia ética, política y humana. Afirmó que la cultura no debe ser un espacio de privilegio para unos y exclusión para otros, y que situaciones como esta evidencian la necesidad de transformar actitudes y prácticas sociales para garantizar respeto e igualdad.


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