Denuncian inseguridad en los alrededores de la Universidad de Holguín

Redacción de CubitaNOW ~ martes 14 de junio de 2022

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Rebeca Torres Serrano una profesora de la Universidad de Holguín alerta del peligro que corren los ciudadanos en particular las mujeres en una zona aledaña al Hospital Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez y en los alrededores de la Sede Celia Sánchez de la Universidad de esa provincia.

Torres Serrano asegura que siente miedo al transitar por allí aunque sea a plena luz del día por la inseguridad del sitio y la maleza que hay.

“Una mujer camina casi por el medio de la carretera. Se apresura, suda mucho, el corazón palpita rápido, muy rápido, pero los pies no le dan alcance.

Decide cruzar y casi llega a la compuerta que da entrada al Clínico Quirúrgico Lucía Íñiguez”, comienza diciendo en su relato.


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Lo que vivió esta profesora ha sido corroborado por otros holguineros que aseguran que con una pequeña gestión, el sitio desolado podría ser más seguro tan simple como "poner una caseta a mitad del tramo con dos vigilantes contratados por la Universidad para que los estudiantes y profesores se sientan seguros y no sufran ataques de pánico y ataques reales camino al aula", señalan.

La cubana explica que en una reciente experiencia a punto de mediodía temió por su integridad física.

“Detrás de ella camina un oficial del Ministerio del Interior, que de alguna manera la hace sentir segura en aquella caminata, a pleno mediodía por un lugar, que rumores y hechos comprobados por las autoridades y estudiantes y trabajadores de la Sede Celia Sánchez de la Universidad de Holguín, aluden a voyeuristas y un susodicho con un cuchillo que no se sabe ni para que lo va a utilizar”, relata.

Para Torres Serrano, el cierre de una compuerta que da a la Sede y permite el paso ha dejado en situación de riesgo a cientos de personas algo tan insignificante que pudiera resolverse sin embargo sigue sin modificaciones.

“Casi al llegar a la compuerta, que permanece cerrada desde los tiempos más crudos de la pandemia (en cuestiones sanitarias), porque la crudeza no acaba en este bendito país, un hombre, negro, de 30 a 35 años aproximadamente, según su apariencia, de estatura mediana a alta, cruza la compuerta de un salto y va al otro lado de la calle con cierto apuro”, expone añadiendo “cuando avista al oficial del MININT se cubre la cabeza, que ya portaba una gorra, con la capucha del abrigo que llevaba. Mientras camino por la rotonda en compañía del oficial del MININT el susodicho no deja de mirarnos, hasta que se adentra en la maleza que rodea el lugar”.

Rebeca Torres entonces enuncia su cuestionamiento a las autoridades: “Entro al clínico por la salida, que ahora se utiliza como entrada y no puedo evitar sentir miedo y al mismo tiempo ira. ¿Por qué en un lugar tan peligroso, sobre todo para las mujeres, donde se han cometido varios delitos, entre ellos violaciones, sellan la única entrada que permite acortar el tramo y evitar un poco el peligro?”.

En su mente está vigente la interrogante: “¿Qué hubiese pasado si no hubiese habido ningún oficial del MININT para acompañar mi periplo o si dicho oficial hubiese sido un acosador?”.

La cubana lamente que sus preguntas prevalezcan sin ninguna respuesta.

“Solo me queda el mal sabor de saber bien que esta no será la última vez que deba sentir miedo. Incluso puede que la próxima vez ni siquiera pueda contar la historia”, advierte.


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