En redes sociales, crecen con intensidad las manifestaciones de solidaridad hacia Alina Bárbara López Hernández y Jenny Pantoja Torres, dos figuras públicas cubanas señaladas por lo que muchos consideran una campaña de descrédito y criminalización sin sustento. Las expresiones de respaldo provienen de activistas, artistas, intelectuales y ciudadanos comunes, quienes advierten sobre una peligrosa escalada represiva que podría alcanzar a cualquier persona que disienta públicamente del régimen.

Cecilia Borroto López, co-directora del laboratorio de pensamiento cívico CubaXCuba y editora en Ediciones Matanzas, ha sido una de las voces más contundentes en defensa de ambas mujeres. A través de publicaciones recientes, Borroto denuncia con vehemencia las acusaciones vertidas contra Alina y Jenny, calificándolas como absurdas, ilógicas y propias de "una secta que no tolera el pensamiento crítico". Para ella, la llamada "justicia" que se pretende aplicar en estos casos es una simulación, una parodia carente de integridad, diseñada para silenciar a quienes incomodan al poder.

"Es increíble como los jueces y fiscales se llenan la boca para hablar de justicia", escribió Borroto en una de sus publicaciones. "Ustedes son los cerdos y perros de Orwell... Fiscalía, ustedes y la PNR son burdos represores". Sus palabras reflejan la indignación de un sector cada vez más amplio de la ciudadanía, que percibe en estas acusaciones no solo una injusticia individual, sino un síntoma de la podredumbre institucional que devora los derechos básicos en Cuba.

Mensajes de apoyo como los de Carmen María Gonce Pascual ("¡Toda Cuba junto a Alina y Jenny!") y Adrián Socorro Suárez, quien afirma que "no hay un solo cubano digno que crea un ápice de esa acusación", refuerzan la idea de que estas mujeres no están solas. La comunidad en redes ha comenzado a articular un mensaje colectivo: ¡esto no es solo por ellas, es por todos! “Nos puede suceder a cualquiera si no reaccionamos”, advirtió Lily Apiau en una publicación que sintetiza el miedo latente de quienes sienten que sus libertades están en riesgo.

"Ya no dan asquito, ya provocan el vómito como el cadáver putrefacto y corrompido que son", sentenció Borroto en uno de los pasajes más compartidos de su denuncia. Este lenguaje directo y sin concesiones parece conectar con una población cansada de los abusos del sistema y cada vez más dispuesta a alzar la voz.

El caso de Alina y Jenny se ha convertido en símbolo. Es la línea roja que, según muchos, ya fue cruzada. Y cada mensaje de apoyo, cada publicación compartida, cada nombre que se suma a la defensa, es un acto de resistencia frente a la represión y el miedo.

Del perfil de Cecilia Borroto López

René Fidel González García

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